La corrupción caracteriza al gobierno de Mauricio Macri

ODEBRECHT, CORREO ARGENTINO, AVIANCA…

La corrupción se infiltró en varios sectores del gobierno saliente, de la mano de funcionarios corruptos y viciosos que sirvieron de comidilla a los sectores más ultra conservadores. Estos, la derecha, con los medios hegemónicos de su lado, levantaron las banderas de un “cambio necesario” y elevaron a su delfín Mauricio Macri, como campeón de la “moral”. Este ganó y prometió no solo observar la Constitución Nacional sino también que sería “implacable” con la corrupción. Sin embargo, la realidad es bien distinta.

Allá por abril de 2016, los Panamá Papers inundaron los principales medios de todo el mundo, y el escándalo comienza a golpear al presidente. Se multiplican las cuentas offshore a su nombre y de su entorno familiar.

El presidente debió ofrecer una conferencia en la cual brindó explicaciones inconsistentes. La causa a cargo de Sebastián Casanello avanzó y posteriormente el fiscal Federico Delgado pidió nuevas pruebas y mayor celeridad en la causa. El diputado Darío Martínez (FPV), denunció que se encontraron 50 sociedades en paraísos fiscales vinculadas al Grupo Macri.

Meses más tarde, producto de la investigación sobre la constructora Odebrecht, el jefe de la AFI, Gustavo Arribas, quedó envuelto en pagos de coimas.  Las explicaciones del funcionario no conformaron a la opinión pública.

La constructora brasileña, que para lavar cuentas ante la Justicia de los Estados Unidos desnudó un entramado de corrupción monumental que involucró al amigo del presidente, Arribas. El financista y empresario Leonardo Meirelles declaró que envió pagos por 600 mil dólares a quien hoy alquila uno de los departamentos del jefe de Estado.

La empresa admitió haber pagado 35 millones de dólares en coimas a funcionarios argentinos, entre 2007 y 2014. En ese tiempo ganó el soterramiento del Sarmiento, a favor suyo y de IECSA, del primo de Macri. Arribas no convenció a propios ni extraños. Solo habló de transferencia por 70 mil dólares por la venta de un inmueble, que luego se hizo mueble.

A principios de este año, una condonación millonaria del Estado argentino a quien fuera dueño del Correo Argentino, Franco Macri, produjo un escándalo mediático de tal magnitud que lesiona gravemente la credibilidad de gran parte de su electorado.

La fiscal Gabriela Boquin denuncio que el Estado cerró un acuerdo perjudicial para las arcas públicas en 70.000 millones de pesos. Tras la asunción de Macri, el trámite avanzó y la oferta fue aceptada por el impresentable de Aguad. Luego el presidente tuvo que decir que se volvería a “foja cero”.

Y como si todo esto fuera poco, en los últimos días vio la luz un nuevo escándalo tras la denuncia a Macri por supuesto fraude en concesión de rutas aéreas. Junto al presidente fueron denunciados además el jefe de Gabinete Marcos Peña, el ministro de Transporte Guillermo Dietrich y Carlos Colunga vinculado al grupo Macri, por supuesto fraude, tras la concesión de rutas áreas a la empresa Avianca, donde tiene participación gerencial el grupo Macri vía la venta de MacAir.

La denuncia, señala que la principal afectada por la concesión sería Aerolíneas Argentinas. La empresa colombiana está sospechada de pertenecer al grupo Macri y recibió la concesión de las rutas aéreas, que ahora debieron frenar.

Como ocurrió con el caso del Correo Argentino, otra medida del Poder Ejecutivo nacional beneficiaría al entorno familiar del primer mandatario, en otro “conflicto de intereses” que según ellos no existía.

En poco más de un año de gestión, los casos de corrupción que involucran al Presidente y su entorno más íntimo son imposibles de justificar por los funcionarios que salen a poner paños fríos sobre las ardientes denuncias. Estas generaron una gran caída en la imagen pública del gobierno y generan cada día más internas con el radicalismo y Carrió. Macri gobierna para los ricos y para sí mismo, y no respeta límites legales ni morales, tal la conclusión del PL.

PEDRO SOCOMPA