Beatriz Perosio
Liberaron en Jujuy a los presos por tuitear
Nahuel Morandini y Roque Villegas fueron liberados el 26 de febrero, después de permanecer detenidos más de 50 días por haber publicado en redes sociales posteos en tono irónico sobre el exgobernador de Jujuy, Gerardo Morales y su esposa Tulia Snopek.
Morandini es ingeniero ambiental de 45 años, docente de la Universidad Nacional de Salta y vive en la provincia de Jujuy. Villegas es un trabajador independiente de 42 años. Fueron acusados de los delitos de “lesiones psicológicas agravadas” por haber sido proferidas en un contexto de “violencia de género” y, lo más grave, por “supresión de identidad de una menor de 10 años”, este último previsto en el art. 139 del Código Penal. La orden de arresto fue emitida por el juez de la causa, Pablo Pullen Llermanos y el fiscal a cargo de la acusación es Walter Rondón. La prisión preventiva por 60 días fue dictada por el juez de Control Roberto Assef.
Todos estos delitos a partir de una publicación en redes sociales. Algo que no tiene ningún sentido ni sustento legal. La acusación sostiene que se trata de una publicación semilla, es decir que da origen a expandir rumores sobre la vida privada del ex gobernador y su familia.
En enero, a partir de la denuncia de Tulia Snopek, los dos tuiteros fueron detenidos con prisión preventiva. Según sus abogados, pasaron los primeros días en celdas aisladas, en condiciones infrahumanas. Los organismos de derechos humanos más importantes de la región (CELS, ANDHES, Amnistía Internacional) informaron del caso de Morandini y Villegas a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU. Otras organizaciones de derechos humanos y sindicales, como así también personas individuales de otros campos, expresaron su preocupación, solicitando la liberación de los detenidos y realizando diversas presentaciones.
Los abogados de Morandini y de Villegas pidieron que se ponga fin a la causa por inexistencia de delito, ya que “la conducta de Morandini se enmarca sin duda alguna en el ejercicio de la libertad de expresión. Y menos aún puede ser considerada un ilícito penal”. Resaltando que en el tuit ni siquiera se menciona a Morales y a su esposa ni hace referencia alguna a la hija. Y lo que es realmente imposible de hacer, suprimir la identidad de una persona desde las redes sociales.
No nos olvidemos que ese delito fue cometido con la apropiación de hijos de desaparecidos en la última dictadura militar-cívica.
Parece una situación inverosímil, un caso tan oscuro como intrincado. Porque a pesar de la liberación de los acusados, la causa continúa. Tulia Snopek y los organismos de gobierno que la respaldan piden que haya juicio oral. Esto sería por los delitos que imputó el fiscal Rondón —lesiones psicológicas y la alteración de la identidad de un menor—donde podrían tener penas de hasta ocho años de prisión.
Ya vimos en qué estado el Gobierno de Jujuy, sostiene la causa y la prisión de Milagro Sala desde hace más de ocho años. Como así también la represión contra los y las docentes que salieron a protestar a las calles por aumento salarial y contra los pueblos originarios que rechazaban la reforma (in)constitucional aprobada de apuro por Morales.
Este sería un caso ejemplificador sobre qué le puede pasar a quien se mete con el poder en Jujuy, la provincia de Morales, aunque simplemente se trate de publicar un tuit.