Nacionales
EDITORIAL
Han asesinado un revolucionario, Viva la revolución
El resultado de las PASO es muy negativo porque el ganador fue un ultraderechista y fascista como Javier Milei, con 7 millones de votos, el 30 por ciento del total, y ganó en 16 provincias. También negativo porque la segunda fuerza fue la derechista Juntos por el Cambio con el 28,2 por ciento, con Patricia Bullrich. Por último, también negativo, la tercera fuerza fue Unión por la “Patria”, con 27,2 que viene haciendo un ajuste criminal junto con el FMI y ubicó a Massa como presidenciable (sólo los ingenuos podían creer que podía ganarle Juan Grabois, quien trabajará para la victoria del hombre de la Embassy).
El 22 de octubre, con las elecciones generales, se sabrá si este es el cuadro político para los cuatro años o si hay modificaciones. Estas PASO confirman un corrimiento a la derecha del espectro político nacional, incluso con Milei más a la derecha de lo previsto. Si ese neofascista fuera presidente vendrá un ajuste aún más duro y criminal que el llevado a cabo por el FDT-UP en estos años y más aún que el anunciado por Bullrich si fuera presidenta.
Cuando decimos aún más brutal es por las medidas más antiobreras y antipopulares que sus candidatos han blanqueado durante la campaña. Por ejemplo Milei ya dijo que su ajuste será mayor al que pide el FMI. Y brutal también porque ese paquete requerirá de más represión policial, de las fuerzas de Seguridad e incluso, según Bullrich, la intervención de las Fuerzas Armadas.
De acá hasta las presidenciales de octubre se redoblará la competencia entre las tres representantes de grandes patronales y monopolios (La Libertad Avanza, JxC y FDT-UP) para determinar cuál será la administración que asuma el 10 de diciembre.
El futuro es sombrío. Al día siguiente del triunfo de Milei, el gobierno peronista devaluó el dólar oficial 22 por ciento, cumpliendo con exigencias del FMI. Lo llevó a 365 pesos y aumentó la tasa de interés un 21 por ciento, redundando en un alza del dólar blue a 685 pesos, un verdadero desastre. Y esto no fue responsabilidad de Milei sino de Massa (más Alberto Fernández y la escondida Cristina Kirchner). La dolarización de Milei será muchísimo peor (ver nota aparte “Las propuestas de Milei”).
Y si en vez del facho libertario ganara Bullrich, sería una catástrofe para el pueblo, por lo dicho recién. Y por el antecedente de los 4 años que gobernaron, con ajuste, endeudamiento, represión, tarifazos, negocios para los amigos del poder y subordinación al imperialismo yanqui y europeo.
Si en una segunda vuelta el ganador fuera el maquillado como “Patriota”, la situación también sería gravísima. Este gobierno desde 2020 empezó a hocicar ante el fondo BlackRock y el FMI. Y cayó en un cogobierno fondomonetarista, con inflación del 116 por ciento anual, pobreza del 40 por ciento y salarios a la baja, por lo que muchos trabajadores registrados viven en la pobreza. Agravó la crisis social, el endeudamiento, la inflación, etc. Están peor otras cuestiones que venían de antes, como la inseguridad y el narcotráfico, afectando a los barrios populares y la sociedad.
Eso explica el triunfo de Milei. No es que los suyos fueron 7 millones de votos fascistas. Muchos fachos lo votaron, sí, pero el grueso de sus votantes fueron por la bronca ante la situación actual de pobreza e inflación, más una buena cuota de analfabetismo político, diría Bertolt Brecht. Y, por supuesto, influyó la falta de una alternativa revolucionaria capaz de politizar las numerosas protestas populares y ofrecer una salida antiimperialista.
El PL no votó a los candidatos del oficialismo, ni lo hará en octubre. Su propuesta es elevar las luchas obreras y populares. En las PASO votamos la lista de Myriam Bregman y el FITU; hacia el 22 de octubre mantendremos estas posiciones, procurando mejorar nuestro trabajo de masas y en la lucha de clases.
¿Esta postura no es un poco exagerada, revolucionaria, minoritaria, infantil, utópica y hasta “funcional a la derecha”? Esta última fue la acusación del kirchnerismo hacia la izquierda. Trató de ocultar que la derecha creció como nunca en estos cuatro años en que gobernó. ¡Los del FDT-UP fueron funcionales a la derecha!
¡VIVA FACUNDO MOLARES!
La postura del PL, incluida su táctica electoral, es revolucionaria. No es seguidista de la dirigencia del peronismo ni adoratriz de la maldita teoría del “mal menor”. Lucha por una salida popular, democrática, antiimperialista y antimonopolista frente a la tremenda crisis del capitalismo dependiente y neocolonial. Y que pinta como mucho peor para los próximos años con otro gobierno mucho más corrido a la derecha, de ajuste y represión.
Estamos enfrentados a la dominación de los monopolios Techint, Cargill, Molinos, Arcor, Shell, La Serenísima, Acindar, Aceitera General Deheza, Banco Galicia, Banco Francés, HSBC, Ford, Bunge, Aluar, Holcim, Ledesma, Roggio, La Anónima, Pampa Energía, Edenor, Edesur, Panamerican, Mercado Libre, Pfizer, etc.
A esos enemigos hay que multarlos primero, nacionalizarlos y expropiarlos después, si queremos un país libre. En vez de los CEOs hay que poner allí a trabajadores y profesionales, y eso sólo lo puede hacer un gobierno popular.
Esa liberación nacional y social no vendrá con elecciones como las de agosto y el 22 de octubre, donde compiten 100 listas en su abrumadora mayoría cómplices y/o socios del ajuste y la dependencia. Deberá surgir de la continuidad de las luchas y un salto cualitativo de las mismas, con trabajadores y los de abajo conducidos por un Frente de Liberación Sanmartiniano que recupere todas las formas de lucha de los años ‘70; de todas, sobre todo los Cordobazos.
El PL tiene tácticas flexibles. Reclama paros por aumentos salariales que cubran la canasta familiar, vota la lista de Bregman, quiere una auditoría y suspensión de pagos de la deuda, impulsa sanciones anti inglesas para negociar la soberanía en Malvinas y apoya la incorporación de Argentina a los BRICS.
Es un partido revolucionario. Y se inspira en la gloriosa Generación de los ‘70 y los 30.000 desaparecidos. Lloramos por los asesinatos impunes de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, y ahora nos conmueve el crimen cometido por la policía de CABA, de Rodríguez Larreta y su secretario de Seguridad, Burzaco, contra Facundo Molares.
Facundo fue un revolucionario e internacionalista, que luchó acá, en Colombia y Bolivia, y fue asesinado el 10 de agosto en el Obelisco. Militaba en Rebelión Popular y compartió actividades con los camaradas del PL en Córdoba, Salta y Buenos Aires. Siempre le planteamos la unidad de los revolucionarios y un Frente Antiimperialista y Antifascista, porque creemos que es la vía para una victoria que expropie a los monopolios, rompa con el FMI y forje un nuevo poder político, con justicia popular y FFAA sanmartinianas. El reformismo y el oportunismo lleva a tragar sapos, con perdón de los batracios, y a nuevas derrotas. Tampoco el “izquierdismo” infantil y el sectarismo conducen a buen puerto.
Inclinamos nuestras banderas de combate, rojas, celestes y blancas, y Whipalas, en homenaje a Facundo. Entre todos, en unidad revolucionaria y antifascista, hay que llevar esas banderas a la victoria.