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Ganó Schiaretti, el gobernador amigo de Macri

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El 12 de mayo hubo elecciones provinciales en Córdoba y se eligieron gobernador y legisladores, intendente y concejales para la ciudad capital e intendentes y jefes comunales en otras localidades de la provincia. Fue un contundente triunfo de “Hacemos por Córdoba” (antes Unión por Córdoba) que llevo como candidato al actual gobernador Juan Schiaretti (el próximo sería su tercer mandato) y tuvo una larga lista de vergonzantes aliados, como el Partido Socialista y el Partido Intransigente, entre otros. Con el 54% de los votos válidos, el peronismo cordobés estará, con este nuevo mandato, 24 años interrumpidos en el gobierno.

La campaña electoral pasó bastante desapercibida. No hubo debates ni polémicas. Esto tuvo que ver con que el triunfo oficialista se veía venir, en parte por la división del radicalismo que llevo dos listas (Aguad y Mestre para la provincia y Juez y De Loredo para la ciudad) y en parte por la bajada a último momento, en vísperas de la marcha del 24 de marzo, de Pablo Carro y el Frente Córdoba Ciudadana. No hubo candidatos “que enamoren”, buenas propuestas o siquiera alguna promesa interesante. Todos los candidatos eran viejos conocidos.

El PL propone desde hace tiempo a los sectores de izquierda y progresistas, que nos unamos en un Frente Antiimperialista, con un programa claro de gobierno, para enfrentar y derrotar al macrismo y Cambiemos, pero también a sus socios, como Schiaretti, cuyos diputados le votaron al gobierno nacional todas las leyes que han traído tantos males para el pueblo (pago a fondos buitres, reforma previsional, presupuesto con ajuste, acuerdos con el FMI, etc.). Propusimos un programa de 12 puntos, que incluye la ruptura con el FMI y el no pago de la deuda externa; la nacionalización de la banca y el comercio exterior; un aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales; control popular de precios y congelamiento de tarifas, etc. A nivel provincial, también hicimos una propuesta de 10 puntos. Ese Frente Antiimperialista está en debate y formación con organizaciones populares, pero no tiene hoy expresión electoral. Nuestro voto iba a ir al FCC y a Carro gobernador, a pesar de que veíamos allí más disputa por los cargos que acuerdos programáticos y al servicio de la lucha popular.

Por eso el PL llamó a votar en blanco y esta posición fue compartida por una buena parte de los cordobeses, pues el voto en blanco se ubicó en cuarto lugar para gobernador con el 5,79% (116.306 votos) y logró porcentajes mayores en otros tramos (en legisladores, por ejemplo, se ubicó segundo con el 18%). Grandes medios como La Voz (grupo Clarín) y algunos compañeros atribuyeron al mal uso de la boleta única ese gran porcentaje de votos en blanco, pero aún así cuando haya habido votantes que no supieron como sufragar correctamente queda claro que muchos cordobeses que querían votar no tenían ningún candidato por el cual hacerlo. Los votos en blanco para gobernador son la prueba, pues se puede ver el error en los tramos subsiguientes (se marcó para gobernador, pero no para legisladores pensando que así se votaba toda la lista, por ejemplo).

EQUIVOCARSE DE ENEMIGO ES MALO, EQUIVOCARSE DE AMIGO ¡PEOR!

A partir de la bajada de Carro como un gesto de unidad para con Schiaretti mucha militancia K y filo K, el PC y otros espacios salieron a dar “lecciones de estrategia y táctica política” y llamaron a votar abiertamente por la lista de Hacemos por Córdoba. El argumento principal: que hay que golpear a Macri y una derrota hoy en Córdoba de Cambiemos abona a un triunfo en octubre de Cristina. Otros fueron más allá y hablaron de “valiosos compañeros” que desde el Estado hacen “transformaciones invisibles”, rescatando también el discurso ¿feminista? de Alejandra Vigo, esposa de Schiaretti y responsable política de las secretarias de Lucha contra la Violencia a la Mujer y Trata de Personas y de Equidad y Promoción del Empleo. Algunos fueron más allá aún y quisieron lavarle la cara al gobierno todo. Esos argumentos no tienen ni pies ni cabeza.

La posición electoralista de un gesto pensando en octubre para favorecer a Cristina (cuando Cristina ni siquiera ha confirmado que va a ser candidata) se cae el mismo 12 de mayo a la noche, cuando Schiaretti desliga su triunfo del marco nacional e insiste con su pertenencia al “peronismo federal y republicano”. Schiaretti abona a una alianza con Pichetto, Urtubey y Massa y a un peronismo sin Cristina. Y entre Macri y Cristina se inclina por Macri toda la vida, como lo hizo en 2015 poniendo aparato y estructura a favor de Cambiemos en el balotaje frente a Scioli.

A los compañeros que rescatan a Alejandra Vigo les recordamos que como diputada nacional votó a favor de la reforma previsional que ajustó a los jubilados y se aprobó con alevosa represión en las calles, se abstuvo en la votación de la ley por el aborto seguro y gratuito y votó el presupuesto de ajuste de Macri.

Y a quienes quieren vender un Schiaretti que habla de DDHH y justicia social les pedimos que recuerden a Facundo Rivera Alegre, a las razzias contra los pibes en Villa Allende y barrios populares de Córdoba, a la represión en Juárez Celman el año pasado, volteando casas con topadoras, a la madrugada y mientas mamás con sus niñes en brazos se defendían. Córdoba tiene un nivel de pobreza arriba de la media nacional. ¿Hace falta que recordemos que Schiaretti le votó todas las leyes a Macri? ¿Que los recordemos juntos bailando en 2016? ¿Que recordemos que fueron socios en FIAT y SEVEL y que hicieron negocios desde la secretaria de industria de Menem en los ’90? Schiaretti no es Macri, pero se parecen mucho.
Como recordó en la radio AM750 Fernando Borroni, confundirse de enemigo puede ser fatal en la lucha popular, confundirse de amigo, mucho peor.

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