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Derechos Humanos

Villarruel quiere meter presos a luchadores Montoneros

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            El gobierno de Javier Milei profundiza cada día su ataque a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, a la vez que cercena con su gestión los Derechos Humanos, económicos y sociales. El negacionismo que encarna, es ahora público y expreso. La mayor abanderada de esos ataques, no la única, es la vicepresidenta Victoria Villarruel que vuelve a reinstalar la teoría de los dos demonios, niega el terrorismo de Estado y reivindica el accionar de los genocidas.

            El 21 de agosto de este año, Día Internacional de la Conmemoración y Homenaje a las Víctimas del Terrorismo, en un salón del Senado, Villarruel afirmó que “Argentina merece dejar el pasado atrás, pero debe hacerlo con justicia porque el país merece no ser un nido de impunidad y para ello hace falta que construyamos sobre los cimientos que se hacen con justicia. Por eso reabriremos todas las causas de víctimas del terrorismo para que sea la justicia la que haga lo que debió hacer hace más de 20 años. Y para ello todos los Montoneros tienen que estar presos por ensangrentar nuestra Nación”.

            No improvisa Villarruel. En 2006 fundó el Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), que propone una lectura “distinta” de los acontecimientos que vivió el país durante la dictadura militar cívica y después con el restablecimiento de la democracia en 1983. Son objetivos de ese Centro, hacer visible a las víctimas, trabajar por el reconocimiento de sus derechos y aportar su esfuerzo en pos de la verdad histórica porque “las víctimas de las organizaciones guerrilleras no han tenido ni tienen en Argentina justicia, verdad, reparación y paz sólo un deliberado olvido, un silencio cómplice y un injustificado abandono”. Sobre esta falsa base fue construyendo un discurso para reivindicar a “las otras víctimas” comparando a los muertos de los atentados guerrilleros con los de la represión ilegal que llevó adelante el aparato represivo del Estado. Y va por más. El 24 de marzo Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia expresó que en los ‘70 se combatió al terrorismo …¿y dónde están los que lo combatieron? Presos. Suscribiendo ese argumento, seis diputados y diputadas de la Libertad Avanza, visitaron y compartieron con los genocidas condenados y alojados en el penal de Ezeiza.

            Villarruel anunció que va a impulsar junto al CELTYV (que ella preside) los juicios a Montoneros que  según ella no fueron juzgados. No es verdad. Los principales jefes de Montoneros y del ERP fueron llevados a juicio durante el gobierno de Raúl Alfonsín mediante el Decreto 157/83 que ordenó los procesamientos de los dirigentes guerrilleros. Sólo 2 fueron juzgados presencialmente: Mario Firmenich y el exgobernador de Córdoba Ricardo Obregón Cano, que no era guerrillero. Fernando Vaca Narvaja, Rodolfo Galimberti, Roberto Perdía y Héctor Pardo (de Montoneros) y Enrique Gorriarán Merlo del ERP permanecieron ocultos o exiliados. Firmenich fue detenido en Brasil en 1984 y extraditado a Argentina, donde fue condenado a 30 años de prisión. Permaneció en la cárcel de Devoto hasta los indultos de Carlos Menem en 1990. Obregón Cano fue absuelto en 1987 por la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.

            Al anularse los indultos en 2004 se abrieron los juicios contra los represores, pero no contra los líderes de las organizaciones armadas por tratarse de delitos ya prescriptos. Los tribunales consideraron que no son delitos de lesa humanidad porque no participaron agentes ni entidades estatales, no había una guerra civil y las organizaciones guerrilleras no tenía control territorial. En cambio, dan cuenta de los crímenes de lesa humanidad cometidos por los militares los 800 centros clandestinos de detención que funcionaron en todo el país donde fueron secuestrados, torturados y asesinados militantes, los 30.000 desaparecidos, los centenares de niños y niñas apropiados, los vuelos de la muerte arrojando los secuestrados al mar, los miles de exiliados y demás delitos de lesa humanidad. Sus responsables (no todos, sino mayoritariamente militares, no así los grandes empresarios, políticos, obispos, dueños de medios, etc,) han sido juzgados y condenados en juicios donde tuvieron todas las garantías legales.

            Al revés de lo que dijo Villarruel en el Senado, ningún gobierno democrático reivindicó la violencia política, pero todos condenaron el terrorismo de Estado, algo que ella nunca hizo. Y la mayoría del pueblo argentino dijo NUNCA MÁS y que el único lugar para los genocidas es la cárcel común, perpetua y efectiva.

            Ella quiere liberar entre otros a Alfredo Astiz, que se rindió sin tirar un tiro en las islas Georgias en 1982 y que en 1977 fue parte del operativo de la Armada que secuestró y desapareció a 12 personas en la Iglesia de la Santa Cruz, CABA, entre ellos 5 militantes de Vanguardia Comunista, actual PL: Ángela Auad, Raquel Bullit, Patricia Oviedo, Eduardo Horane y Horacio Elbert. Ellos fueron llevados a la ESMA, torturados allí y luego arrojados al mar con los vuelos de la muerte. Por esos y demás crímenes del terrorismo de Estado, Astiz y los genocidas deben seguir presos hasta el final de sus días. Es nuestro compromiso con nuestros camaradas y todos los 30.000. Asco dan Guillermo Moreno, José Mayans y Sergio Berni, que declararon que Villarruel tiene afinidad con el peronismo. El primero dijo que le encantaría que ella se haga peronista. A nosotros nos gustaría una pueblada que la derrote y la lleve a rendir cuentas por la destrucción causada por su gobierno fascista, que reivindica a genocidas y procura liberarlos.

ELENA RIVERO

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