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También en lo militar hay “relaciones carnales” con EE UU

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Sin solicitar autorización al Congreso, Mauricio Macri dispuso por decreto que efectivos militares norteamericanos ingresaran para realizar ejercicios con militares argentinos.

La excusa para no solicitar aquella autorización fue que no se trataba de yanquis armados sino analistas de inteligencia y seguridad, que con sus colegas de acá harían un ejercicio supuestamente orientado a prevenir ataques terroristas.

Alegando esa naturaleza “secreta” del operativo, ni siquiera se informó del lugar de realización, aunque todo hacía presumir que fue en la provincia de Corrientes o en la Triple Frontera, zona a la que le han hecho propaganda negativa desde hace años como supuesta base de “células dormidas” de Hezbollah.

El gobierno argentino ocultó todo. Algunos medios, caso Infobae, citando conversaciones no identificadas con la embajada norteamericana en Buenos Aires, confirmaron que el ejercicio era entre el 2 y 3 de mayo. Y consistía en el tránsito de un camión con supuestas armas químicas al que había que detectar y detener.

Estas ejercitaciones toman de argumentación que en noviembre próximo Argentina será sede de una reunión internacional del G-20, con los países más fuertes del mundo. Hasta ahora Argentina es invitada a este círculo, pese a que su nivel de desarrollo con Macri viene siendo a ras del suelo. Como a un buen vasallo, las potencias le han prometido otorgarle un asiento en la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), donde se nuclean los países más ricos.

Es un círculo perverso. Para ingresar al club de los ricos le exigen pruebas de amor, como la brutal subordinación al imperialismo. Y cuando está en trámite ese ingreso, le piden dar pruebas de eficacia militar y de servicios de inteligencia, subordinándose al Comando Sur norteamericano con sede en Key West. De allí el origen de estos ejercicios, muy velados ante los medios de incomunicación, en otra prueba de cómo éstos blindan a Macri y sus “relaciones carnales” con el imperio.

El ejercicio de mayo fue parte del Programa de Ejercitaciones Militares Combinadas de los EE UU en la región latinoamericana (el Comando Sur abarca como su patio trasero a 31 países de América Central, el Caribe y América del Sur).

Elsa Bruzzone, del Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida), denunció que “el Gobierno utiliza la excusa de que se trata de miembros de la Inteligencia y no de tropas para no pedir la aprobación del Congreso argentino. Pero la realidad es que, por más que pertenezcan a la Inteligencia, son efectivos de las Fuerzas Armadas de otro país que ingresarán a nuestro territorio para hacer ejercicios conjuntos”. El supuesto objetivo, avalado por Macri, es “brindar formación contra el tráfico de armas de destrucción masiva”.

Este ejercicio sería parte de la Iniciativa Contra la Proliferación (ICP), resultando muy hipócrita de un imperio que ha hecho proliferar las armas de todo tipo, incluso las nucleares, y es la única que ha hecho uso de éstas (remember Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945) y las químicas en Vietnam, Irak y Siria.

El año pasado el Ejecutivo mandó al Congreso el proyecto de ley para autorizar la salida de tropas argentinas (a “misiones de paz” regenteadas por el Comando Sur, caso de la Minustah ocupando Haití) y el ingreso de tropas extranjeras a nuestro país, fundamentalmente yanquis. Así se hizo el ejercicio Cormorán, en bases aeronavales de Trelew, Bahía Blanca y zonas marítimas.

También en ese caso los ejercicios tuvieron nula difusión mediática. Esto responde al rechazo de buena parte de la población a que el gobierno anude nuestro país a la maquinaria de guerra norteamericana, mucho más cuando se mantiene la ocupación británica de las Malvinas argentinas.

El PL rechaza todo vínculo militar con el Pentágono y el Comando Sur, con ley del Congreso o con decreto macrista. La hipótesis de conflicto de nuestros militares tiene que ser la recuperación de Malvinas, no los supuestos atentados de Hezbollah.

Se ha conocido un documento secreto del Comando Sur, firmado por el almirante Kurt Tidd, donde se desarrolla un plan militar de intervención contra Venezuela, junto con los gobiernos aliados de Argentina, Brasil, Colombia y Panamá. Quieren derrocar al presidente Maduro. Por eso mismo hay que ser más solidarios que nunca con el país de Bolívar y Chávez.

 

       PABLO LOZA

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