Editorial
Soluciones oligárquicas, soluciones burguesas o soluciones populares
La situación argentina sigue madurando, a golpes de despidos y ajustes, pero también a golpes de huelgas y manifestaciones. Y si alguien tiene alguna duda sobre la respuesta popular, puede preguntarle a Macri sobre la estadística de CEPA, que da un promedio de ocho conflictos laborales por día. Y si aún dudan, también pueden repasar el bochorno sufrido por la podrida burocracia sindical de la CGT, que huyó apresurada del palco ante el repudio de las bases que le reprochaban no ponerle fecha al paro.
Macri no se mueve del camino oligárquico y promonopólico que es el eje de su vida, antes como empresario corrupto y contratista del Estado privatizador, y desde 2007 como jefe de gobierno en la CABA y desde diciembre de 2015 presidente. Está a sus anchas haciendo negocios para los monopolios que integra como parte orgánica, con negocios “legales” y de los otros, de esos que hay que rastrear en los Panamá Papers.
Su ámbito es el Foro de Davos, el Seminario Internacional en Buenos Aires, el Invertir en Argentina realizado en Madrid, Expoagro organizado por Clarín y La Nación junto a los sojeros de la Sociedad Rural. Eso es Macri. Es también el Correo-gate, Odebrecht, Avianca y otros escándalos que lo pintan como un corrupto, no sólo como un vaciador del trabajo nacional y el país.
Sus soluciones son proimperialistas hasta la médula: eliminación de retenciones al agro y minería, devaluación, apertura absoluta para las importaciones, despidos y suspensiones para 249.143 trabajadores en blanco, 1.5 millón de nuevos pobres, 5.000 empresas cerradas, pago completo a los “fondos buitres” y nuevo endeudamiento por 77.000 millones de dólares, tarifazos para Shell y Edenor, afectación de las empresas estatales y el Anses, etc.
Una mayoría del pueblo argentino, incluso una pequeña parte de quienes lo votaron a Macri, está al tanto de esas políticas antipopulares y antinacionales.
OTRAS POLÍTICAS OLIGÁRQUICAS
No vaya a creerse que en Macri se agota la política oligárquica. Hay otros que compiten por esa franja de la clase dominante, aun cuando por sus necesidades electorales simulen tomar distancias del gobierno y alentar reclamos populares.
Es el caso de Sergio Massa, que se fue a Israel, invitado por el gobierno sionista en plena usurpación de territorios al pueblo palestino. Desde allá Massa reiteró su propuesta de introducir el “juicio en ausencia”, que nuestra legislación no permite entre otras cosas porque se violaría el derecho a la defensa en juicio. Pero con tal de satisfacer al sionismo e Israel, para inculpar falsamente a Irán por el atentado a la AMIA, el jefe del Frente Renovador es capaz de violar la ley.
Sus pichones en la CGT, Daer y Acuña, rajados del palco, son otra prueba de que nada bueno se puede esperar de él como “alternativa” al macrismo en 2017 y 2019.
Massa no está con el pueblo trabajador sino con la Unión Industrial y la embajada norteamericana. Las suyas son también propuestas oligárquicas.
PROPUESTAS REFORMISTAS
En el campo democrático hay fuerzas respetables pero que hoy no van a fondo a combatir el capitalismo dependiente. Por ejemplo, Cristina Fernández de Kirchner. ¿Qué autocrítica hizo de su modelo sojero y extractivista, con Monsanto y Barrick Gold? ¿Qué revisión tiene de haber apoyado a la burocracia sindical, primero a Moyano y luego los Gordos de la CGT? ¿Qué dice de los préstamos millonarios y subsidiados del Plan del Bicentenario para General Motors y Fiat? ¿Qué opina de su ascenso para el general Milani, que ya en 2013 tenía procesos judiciales y denuncias por violaciones a los derechos humanos? ¿Qué dice de Sergio Berni en Seguridad, con ley antiterrorista, y de Scioli y su pésima gobernación en Buenos Aires? ¿Y de la obra pública manejada por De Vido y López?
De Cristina y el kirchnerismo, sus sectores juveniles y lo mejorcito de su rama legislativa, pueden venir ciertas propuestas reformistas interesantes. Pero hasta ahora, ni de palabra ni en los 12 años, se atrevieron a desempolvar programas del sindicalismo peronista de los años ’60 y ’70, como la nacionalización de la banca y el comercio exterior.
PROPUESTAS POPULARES
En lo inmediato hace falta una ley prohibiendo los despidos. Fábrica que cierra será ocupada por sus trabajadores y estatizada o convertida en cooperativa.
Se repondrán las retenciones a la producción agropecuaria y minera, y habrá impuestos a la renta financiera y el juego.
Hay que estatizar el comercio exterior y la banca, reimpulsando los procesos penales contra los banqueros del HSBC y JP Morgan que fugaron divisas.
Se incautarán latifundios como el de Ledesma, para comenzar una reforma agraria con destino a los pueblos originarios y productores familiares.
Hace falta una moratoria sobre la deuda externa y abrir causas penales contra Macri y sus ministros que nos volvieron a endeudar. ¡Fuera el FMI!
YPF debe ser 100 por ciento estatal y nacional, y romper los contratos con multinacionales en Vaca Muerta. A reestatizar el gas y la electricidad, y meter en cana a Aranguren.
Mientras se impulsa la lucha por estos objetivos, proponemos comenzar la movilización para reformar la Constitución Nacional mediante una Asamblea Constituyente. Necesitamos una nueva, de sentido patriótico y antiimperialista, que democratice en serio el país y asegure conquistas sociales.