Nacionales
SINDICAL
Hay luchas gremiales mientras la CGT se borra y traiciona
La resistencia al plan de ajuste y motosierra del gobierno de La Libertad Avanza viene creciendo, como contracara de la crisis económica, social y política que se descarga sin piedad sobre las espaldas del pueblo trabajador.
A las masivas movilizaciones de los jubilados, se ha sumado ahora todo el sector universitario, en rechazo al veto presidencial a la ley de Financiamiento Educativo que había sido aprobada por ambas Cámaras del Congreso.
Ya los y las docentes de las universidades nacionales venían movilizándose desde la gran Marcha Federal Universitaria del 23 de abril pasado, cuando el gobierno intentó zafar de esa movida liberando escasos fondos para funcionamiento de las Universidades, pero no así para los salarios de los trabajadores docentes y no docentes. Desde la asunción de Javier Milei la pérdida real del poder adquisitivo en la Universidad fue de un 30 por ciento aproximadamente.
El veto a esa ley fue rechazado por un amplio sector de las Universidades públicas, con la auspiciosa irrupción de un sujeto que venía “dormido” en los últimos años: el movimiento estudiantil. Así, se suceden las asambleas y tomas de facultades en todo el país, luego de la masiva movilización del 2 de octubre.
Los trabajadores y trabajadoras de los hospitales Garrahan y Laura Bonaparte (de Salud Mental) también protagonizaron grandes asambleas, que contaron con gran adhesión de la ciudadanía, por el gran aporte a la salud pública que realizan esos hospitales no solo en la ciudad de Buenos Aires sino con pacientes de todo el país.
Sin embargo, la dirigencia cegetista continúa sin reaccionar a favor de un plan de lucha (ni hablar de un Paro General), y la situación se agrava con las rencillas internas entre esos dirigentes. El secretario Gremial de la CGT, Mario “Paco” Manrique (SMATA) anunció su renuncia al cargo porque considera que esa central obrera “ya no lo representa”. Además, las internas al interior del peronismo por la conducción del PJ, entre Cristina Kirchner y Ricardo Quintela, también se han colado en la conducción cegetista, debilitando a otros dirigentes como Pablo Moyano.
La verdad es que esta podrida burocracia sindical, aún con sus matices, no tiene nada para ofrecer al movimiento obrero para convocar y conducir un proceso de luchas, tan necesario en este momento, con la arremetida de un gobierno de ultraderecha y sus aliados del PRO y el radicalismo.
Y la resistencia popular viene en crecimiento, al calor del brutal ajuste que dispara los índices de pobreza e indigencia, afectando de manera más cruel a las infancias y los adultos mayores.
Por ello, es más que necesario que nunca la Unidad de los conflictos que vienen en aumento, tanto en el sector de la Salud, las Universidades, los estatales, los petroquímicos ante el cierre de la fábrica de Río Tercero, el sector del transporte, etc.
El ataque a los trabajadores y trabajadoras del Estado no cesa: el vocero Manuel Adorni anunció que se viene un examen de “idoneidad” para encubrir los despidos que ya suman miles de estatales en todo el país en diferentes reparticiones públicas, como parte de la destrucción del Estado que pretende Milei. ATE ya rechazó ese nuevo ataque a los derechos de los estatales, además de anunciar un paro en el sector Salud.
La Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) convocó a un paro general del sector para el 30 de octubre, pero el mismo ya tiene algunas bajas provocadas por diferencias entre las dirigencias. Roberto Fernández, de UTA estaría amagando con bajarse del paro, lo que afectaría su contundencia. No es para extrañarse, viniendo de semejante burócrata, traidor a tantas luchas de los choferes.
La solución a los problemas que enfrenta la clase obrera ocupada y desocupada, así como los jubilados y las jubiladas, no vendrá de la mano de esa burocracia entreguista, que según Manrique son “cinco dirigentes que se reúnen a escondidas”.
Los gremios más combativos, las comisiones internas y cuerpos de delegados que representan de verdad a sus bases, junto con el movimiento de jubilados y las organizaciones piqueteras, deben encabezar el camino hacia el Paro General, que ya se pide a gritos en todas las movilizaciones.
No ciframos grandes esperanzas en la reunificación de las dos CTA, en particular no confiamos en dirigentes como Hugo Yasky, que nunca se plantó frente al ajuste del gobierno del Frente de Todxs, y tampoco lo está haciendo ahora, más que con tibias adhesiones a alguna de las marchas. Su explicación de por qué su sector se fue antes de que se desatara la represión contra los jubilados en el Congreso, el día que se trató el veto al aumento previsional, dio vergüenza. Justificó su retirada en el supuesto miedo de la gente y en que hay que evitar la represión para que se sigan sumando a las manifestaciones. En realidad traslada “su” miedo a la gente, porque como se vio en la marcha, los jubilados enfrentaron con valentía la represión que desató la ministra Bullrich. Desde las Agrupaciones de Base Clasistas apoyamos y participamos de las marchas y asambleas que se suceden, en las universidades, en el movimiento de jubilados y en las movilizaciones contra el ajuste y los vetos mileístas. Hay que seguir sumando a más sectores y profundizar esas luchas, dotarlas de un programa mínimo común, para que avance la organización y la unidad, que es el camino hacia la derrota del gobierno de LLA. Cada vez más sectores expresan que no se puede “esperar a las elecciones”, como plantea el peronismo/kirchnerismo. Es necesario luchar ahora y en las calles, porque el ajuste se está llevando puestos los derechos y conquistas logrados en años de luchas populares y además entrega el país a los monopolios y multinacionales, con el RIGI y mas deuda externa. No se aguanta más.
AGRUPACIONES DE BASE CLASISTAS (ABC)