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RECUPERAR EL MOVIMIENTO OBRERO DE TIEMPOS DE AGUSTÍN TOSCO
El 5 de noviembre se cumplieron 47 años de la muerte de ese gran dirigente sindical, Agustín Tosco. Con ese motivo las Agrupaciones de Base Clasistas (ABC) realizamos un conversatorio, donde también hablamos de los Programas Históricos del Movimiento Obrero y las luchas actuales.
Es muy necesario que volvamos a estudiar el pensamiento de Tosco y esos programas, que tienen tanta vigencia a pesar de las décadas transcurridas. Las nuevas camadas de dirigentes obreros, delegados y delegadas, activistas, etc., tienen que abrevar en aquellos documentos, que fueron elaborados por una clase obrera que luchaba contra los mismos enemigos que hoy enfrentamos: la derecha política y militar, FMI y la burocracia sindical enquistada en sindicatos y centrales obreras.
Tosco dio cátedra de cómo debe ser un sindicalista que pretende representar a sus bases, en el famoso debate televisivo que protagonizó frente al secretario general de la CGT José Ignacio Rucci, en 1973. Agustín representaba la tendencia combativa de la clase obrera, que venía en alza desde la década del ´60 y que en Córdoba había tenido una experiencia clasista como el Sitrac-Sitram.
Para recuperar lo mejor de aquellas experiencias, es necesario que apliquemos sus enseñanzas adaptadas a la realidad actual: la democracia de bases, las asambleas y los métodos de lucha, el trabajo en los cuerpos de delegados y comisiones internas, etc. De esta forma, es posible pasarles por encima a los burócratas, que transan con las patronales y traicionan a sus bases, como está pasando actualmente. Frente a las penurias que está pasando la clase trabajadora, con bajos salarios y paritarias a la baja, no son capaces de convocar a medidas de fuerza.
El gobierno de Alberto Fernández favorece a los productores rurales y grandes exportadoras con el “dólar soja” pero demora meses en aprobar un bono de fin de año o un aumento de suma fija que tienda a recuperar aunque sea parcialmente el poder adquisitivo del salario que se ha perdido en estos años: un 20% en el cuatrienio macrista, y otro 6% en lo que va de esta gestión. Ante semejante panorama, cuando es más necesario que nunca un Paro General y un Plan de Lucha para recuperar el salario, los burócratas se preocupan por la caja de las Obras Sociales o los puestos que puedan ocupar en las listas para las elecciones del año que viene.
Hay que seguir el ejemplo de los trabajadores del SUTNA, que lograron quebrar la negativa de las patronales del Neumático, en particular las multinacionales Fate, Bridgestone y Pirelli, y consiguieron gran parte de las reivindicaciones por las que lucharon en un conflicto de más de cinco meses.
Actualmente, son los trabajadores y trabajadoras de la Salud quienes están protagonizando una gran lucha por aumento de salario, contra la precarización laboral y en defensa de un sistema de Salud que atienda las necesidades populares.
Es necesario también volver a estudiar los Programas Históricos de La Falda, Huerta Grande, el del 1° de Mayo (de la CGT de los Argentinos) y el de Sitrac-Sitram, junto a otros más recientes. En ellos se plantea el “desconocimiento” de las deudas contraídas a espaldas del pueblo, la nacionalización del comercio exterior y la banca, la estatización de la energía, el petróleo, la siderurgia, entre otras medidas. Son plenamente vigentes.
Es que Agustín y aquellos dirigentes como Atilio López, René Salamanca, Jorge Weisz, etc., planteaban que los trabajadores no debían luchar solamente por reclamos inmediatos. En otras palabras, no se trata de lograr un mejor reparto de la torta, porque la torta siempre se la quedan los empresarios. Así de desigual es el sistema capitalista dependiente bajo dominio de los monopolios. Por eso planteaban que no había que quedarse en la pelea por aumentos salariales y el convenio colectivo. Ellos lo hacían muy bien, ya que de aquella época nos quedan todavía muchas conquistas que hoy pretende quitarnos el FMI y la derecha.
Mientras los monopolios se la están llevando en pala, los trabajadores perdemos cada día más y más el poder adquisitivo de nuestros salarios; el 40% de la clase trabajadora está en la informalidad, con salarios de hambre; y 1.3 millón de compatriotas subsisten con planes sociales, que encima no llegan a quienes más lo necesitan. El bono que aprobó el gobierno ni siquiera alcanzará a un millón de personas, cuando son ocho millones quienes lo están necesitando. Además de su escaso monto: ¡45.000 pesos en dos cuotas!
Hoy vemos una verdadera arremetida contra los derechos de la clase trabajadora. Se habla de “privilegios”, cuando fueron conquistas que costaron vidas, cárcel y persecución a miles de dirigentes y delegados obreros. También han surgido movimientos empresarios reaccionarios como el MAPA (Antipiquetes), que cuestionan los legítimos métodos de lucha populares.
Siguiendo las enseñanzas de Tosco y aquella dirigencia combativa, la clase trabajadora tiene hoy que tomar la bandera de la Suspensión del Pago de la Deuda Externa y exigir la Anulación del Acuerdo con el FMI aprobado por las bancadas del FdT y JxC, que se unieron para convalidar el endeudamiento fraudulento que nos dejó Mauricio Macri.
Es necesario también elaborar un programa que contemple aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales, ninguna familia por debajo de la línea de pobreza, la nacionalización del comercio exterior y de la banca, la lucha contra la inflación provocada por los monopolios, sobre todo los de la alimentación; la estatización de la energía, entre otros reclamos. Y esos puntos llevarlos a las asambleas para ser debatidos y aprobados, camino a la construcción del Paro General y el Plan de Lucha que hay que arrancarles a esos dirigentes de las centrales obreras que se dan tiempo para entrevistarse con el embajador estadounidense Marc Stanley. ¡Si los viera Tosco!