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Derechos Humanos

Operativo independencia, a 50 años del inicio del terrorismo de estado

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            Si bien existió un accionar delictivo, contrario a los derechos humanos por parte de los gobiernos civiles y militares anteriores a los años ‘70, es recién en 1975 donde podemos ubicar la génesis de la institucionalización y planificación de una maquinaria represiva estatal con caracteres particulares que a posteriori llamaríamos “el terrorismo de estado”.

            Los Decretos de Aniquilamiento fueron durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón y sus ministros, pertenecientes la mayoría al Partido Justicialista y algunos directamente de la Triple A (con orígenes de extrema derecha justicialista). Estos instrumentos preveían daba la orden y preveía facilidades/acuerdos para que las FFAA. para que estos combatieran y aniquilaran a los grupos “subversivos”, que era la manera en que se catalogaba a los grupos guerrilleros del ERP y Montoneros (entre otras agrupaciones) a los fines de deslegitimizarlos.

            El contexto de la época claramente no favorecía al accionar de las fuerzas populares en su intento de insurgencia, de hecho ya para la época la teoría del foquismo guerrillero estaba perdiendo gran parte de su legitimidad. Nuestro partido, por entonces VC, criticaba ese foquismo, ya que hasta el propio Fidel Castro aconsejó a los representantes de la guerrilla no iniciar tareas de lucha contra un gobierno elegido democráticamente (democracia burguesa, pero con participan de la sociedad al fin y al cabo).  Eso lo contó el dirigente del PRT-ERP, Luis Mattini, en uno de sus libros. Conjugar esta falta de legitimidad en un principio, con una doctrina de EE UU cada vez más dura contra las organizaciones guerrilleras y con un panorama político cada vez más derechizado dentro del peronismo y las FFAA. solo podía terminar en un baño de sangre, y así fue.

            Mientras el ERP iniciaba su lucha con la compañía “Ramón Rosa Jiménez” en los montes tucumanos, Montoneros hacia lo suyo apostando por empezar a circular por la zona con observadores y compañías de logística/observación. Pero como toda acción prevé una reacción contraria, con los decretos mencionados, la actividad represiva comenzó y la movilización de efectivos implicó una diferencia de fuerzas en favor de gobierno derechista de 10 a 1 en combatientes y obviamente contando con mejores sistemas de ofensiva y logísticos propios de un ejército armado por el imperialismo que deseaba aplastar cualquier intento de sublevación. Este comienzo de tareas represivas, de captura, tortura, desaparición y asesinatos sería conocido como “Operativo Independencia”. 

            Los comunistas entendemos que la lucha en general es como el nado del salmón, contra la corriente, pero en ese enfrentar la adversidad no hay que caer en el aventurerismo ni en el infantilismo de izquierda. La realidad es que las condiciones objetivas y subjetivas no estaban dadas para una movida de confrontación armada. Que se entienda que nuestra crítica al foquismo y aventurerismo no quita el carácter heroico de aquellos hombres y mujeres que dejaron su vida frente a las FFAA. sino que además de recordar su valentía, aprendemos de sus errores y aciertos.

            Las FF AA como continuadoras de las tareas de la Triple A utilizaron métodos que dejaban la lógica del combate y las leyes de la guerra muy lejos, siendo la tortura y la desaparición sus notas principales, la picana eléctrica, los simulacros de fusilamiento, la intimidación a los civiles, las violaciones, las palizas, quemaduras, etc. Fueron los métodos elegidos para librar una supuesta “guerra justa” como dijera alguna vez uno de los cabecillas de las fuerzas armadas intentando justificar su actitud. Esa fue la línea de los generales Vilas, Bussi y el jefe de ambos, el genocida general Menéndez.

            Una nota importante es que el inicio de los operativos represivos, la financiación y apoyo a estos es incluso anterior al operativo, dado que la Triple A fue apoyada por sectores del justicialismo y el propio general Perón en su persecución contra Montoneros, como también por empresarios y la CIA. La mayoría de la Triple A conformó los grupos de tarea del ejército que luego cumplieron funciones a la hora de desaparecer y/o asesinar a todo aquel que se opusiera a la dictadura militar cívica, tal el caso del “Comando Libertadores de América” con el militar Vergés en la Córdoba de Menéndez. Con esto hacemos un importante recordatorio: el peronismo, los grupos monopolistas, la iglesia, los medios de comunicación, entre otras instituciones fueron parte importante y necesaria en las tareas represivas previas y posteriores a los decretos de aniquilación. Nuestra critica a la gran burguesía, su forma de “democracia” y sus instituciones no hace más que acrecentarse y solidificarse día a día. Nuestra tarea es hacer la revolución y para ello debemos aprender de los fracasos anteriores e identificar correctamente al enemigo.

LULO MALESORI

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