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Beatriz Perosio

Norita, la madre de todas las batallas

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            El jueves 30 de mayo la militancia quedó huérfana en nuestro país. A los 94 años fallecía en Buenos Aires la madre Nora Morales de Cortiñas, Norita.  Había sido intervenida por una hernia, complicada por otras patologías que agravaron su situación de salud.

            Nacida en Buenos Aires el 29 de marzo de 1930, hija de padres catalanes, trabajadores. Se casó joven con  Carlos Cortiñas. Tuvo dos hijos: Carlos Gustavo y Marcelo Horacio. 

            Ella  recuerda que si bien su  marido era peronista, en su casa poco se hablaba de política. Que fue su hijo Carlos Gustavo quien a los 16 años comienza con inquietudes políticas y sociales;  da sus  primeros pasos militantes junto al cura Carlos Mugica en la Villa 31, con el sueño de la justicia social. También era estudiante de Ciencias Económicas de la UBA. Militaba en la Juventud Peronista y luego estuvo también en Montoneros. Carlos Gustavo estaba casado, tenía un hijo y militaba junto a su compañera Ana. Fue secuestrado el 15 de abril de 1977, cuando salió a trabajar y nunca llegó.

            Nora falleció sin saber qué hizo la dictadura con su hijo.

            Desde ese momento Nora comenzó su búsqueda. Incansable, fue a comisarías, hizo trámites en la Catedral de Morón, presentó hábeas corpus, caminó tratando de encontrar algún dato sobre su hijo. Junto a su marido se acercaron a los organismos de derechos humanos que estaban trabajando en la búsqueda de los desaparecidos en nuestro país.

            En mayo del 77 llegó a la Plaza de Mayo, donde otras mujeres buscaban también a hijos e hijas. Allí comienza su militancia, la abraza y no la deja más. El jueves de ronda, para reclamar por la aparición de sus hijos, se hace costumbre: “a las primeras madres nos unió el dolor y al poder no le gustó que salgamos, nos cerraron las puertas, nos trataron de madres terroristas…”

            En los `80 se convirtió en una de las referentas de las Madres de la Plaza de Mayo- Línea Fundadoras. Luchaba por la Memoria, la Verdad y la Justicia: exigía la apertura de los archivos, denunciaba al poder político y económico cómplice de la dictadura, se expresaba por la aparición de los bebés (hoy adultxs) apropiados.

            “Retomamos las banderas de nuestro hijos e hijas, podemos decir que nos parieron a nosotras y en este largo camino fuimos absorbiendo y asumiendo esa parte de compromiso y entrega que supieron transmitirnos, su valentía y solidaridad…” Un audiovisual elegido al azar, devuelve la voz de Nora, resuenan sus palabras, su risa, su concreta elocuenciaNora se hizo al andar, primero en la búsqueda de su hijo Gustavo y luchando contra la dictadura. Luego abrazando cada protesta, cada lucha social en nuestro país y el mundo. La solidaridad con el pueblo, que ejercitaba y pregonaba su hijo Gustavo, se hizo carne en esa mujer pequeñita de altura, pero enorme en acciones.

            Era normal ver a Norita en las marchas, en la plaza, en el reclamo. Su presencia necesaria era constante en cualquier protesta social. Es difícil enumerar cada acción popular en la que estuvo participando: se haría una lista larguísima.

            Acompañó e hizo suya las causas feministas: el reclamo por los derechos de la mujer, en contra de la violencia de género. Al pañuelo blanco le sumó el verde de la lucha por el aborto legal y estuvo presente en cada marcha por la legalización del aborto en nuestro país.  Abrazaba la lucha por la inclusión de las diversidades: lesbianas, trans, travestis eran hijxs que la vida le iba sumando. Se definía como feminista: la búsqueda de los hijos significó un cambio en sus vidas (de las madres) que “rompió con el orden patriarcal del hogar, en muchos casos”.

            Se expresó a favor de la educación pública, de la soberanía nacional, contra la deuda externa y los abusos policiales, por los pueblos originarios, los sectores populares.

            Más acá en el tiempo, Nora fue cofundadora y promotora del espacio Autoconvocatoria por la suspensión del pago e investigación de la deuda. Desde el Partido de la Liberación (PL) compartimos con ella el Juicio Popular a la Deuda y al FMI en el año 2020, actividad organizada por la Autoconvocatoria. Clara en sus convicciones entendía que el pago de la deuda por parte de los gobiernos sumía aun más al pueblo en la pobreza, el hambre y la exclusión. Para ella la lucha por la investigación y suspensión del pago de la deuda externa fraudulenta e ilegítima, era una batalla más en la lucha por el pueblo argentino. “La deuda mata, empobrece, envenena”, expresaba.

            Su compromiso la llevó a superar dolencias para estar presente donde había que estar. Todo un ejemplo en tiempos en los que la comodidad o el desinterés desaniman a muchxs cuando se trata de luchar por causas justas.

            Trasladaba sin dudar su humanidad a donde hiciera falta. A territorio mapuche, por lxs presxs políticxs de las comunidades y acompañar las luchas por recuperar los territorios ancestrales; o al Kurdistán para reunirse con las Madres de los Sábados.

            Nora estuvo en todas las luchas sociales de las últimas décadas. Contra la Megaminería, contra la represión, contra el genocidio que sufre el pueblo palestino. Por los 30.000 desaparecidxs, por Julio López, por Santiago Maldonado, por Rafael Nahuel.   

            Y sin dudas, hubiese estado en la plaza de los Dos Congresos rechazando la ley Bases, ese engendro normativo creado a pedido de los monopolios, que agudiza el extractivismo y quita los derechos a las grandes mayorías. La orfandad se siente fuerte en este invierno que se presiente oscuro. Cuanta falta nos hará en el futuro cercano. Ojalá seamos capaces de tomar su vida como ejemplo y que siempre estemos del lado Norita de la vida.

Norita, Presente! Ahora y Siempre!

Venceremos, venceremos, venceremos!

MARÍA ALANIZ

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