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Método cubano “Yo sí puedo” se utiliza para alfabetizar en Tierra del Fuego:

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El afamado programa cubano “Yo sí puedo” que surge en los primeros meses del año 2001 no para de hacer pie en diferentes estados, no siendo Argentina una excepción. Desde el 2003 se encuentra vigente, siendo una herramienta fundamental para acabar con el analfabetismo.
Si bien Argentina tiene en su Constitución Nacional el deber como estado de proveer a la educación de la población, es una realidad que aún continúa existiendo un flagelo tan grande para un país que busca llegar a su desarrollo como lo es el analfabetismo de un sector de la población, siendo más destacable el analfabetismo en la población adulta. Este grupo etario producto de su necesidad de conseguir una fuente de empleo o de cumplir con responsabilidades como la maternidad/paternidad o como consecuencia de circunstancias graves puede incurrir en el abandono de su formación académica como así también casos más graves donde nunca asistieron al comienzo de la misma.
El objeto del método/programa “Yo sí puedo” tiene por fin la alfabetización de adultos.
“Yo sí puedo” es de probado éxito en su aplicación, esto debido a su división en niveles (se alfabetiza teniendo en cuenta el conocimiento previo que cada individuo haya tenido partiendo desde aquellos que no tienen ningún tipo de formación como así también aquellos que tienen un mínimo de la misma). También por su división en etapas ( 1- adiestramiento, 2-aprendizaje y 3- consolidación), y por su uso de metodología presencial en conjunción material audiovisual y la “cartilla” (vincula lo conocido por las personas, usualmente “los números”, con aquello que desconoce “las letras”).
La aplicación de un programa como este permitiría entonces que un gran porcentaje de toda esa población adulta analfabeta pudiera iniciar o concluir con su educación primaria y secundaria, en algunos casos con optimismo, esfuerzo y un correcto acompañamiento podrían llegar a encarar estudios de carácter superior. Algo así influiría en el mercado en el mercado laboral, podría frenar situaciones de empleo en negro producto de aquellos empleadores que se aprovechan de la debilidad y vulnerabilidad del sector del que venimos hablando, pudiendo ya tener que enfrentar una población que sabe leer, sabe escribir, sabe firmar y sabe cálculos básicos, y en los casos de concretar estudios se verían de frente con mano de obra con cierto nivel de cualificación.
Cuba socialista fue visionaria en su lucha por la liberación nacional de todos los países del mundo, no solo dedicó parte de sus recursos y esfuerzos en la parte bélica (como su apoyo a los procesos en Angola y Etiopía) sino que también sus programas de médicos y misiones de alfabetización buscan erradicar aquellos flagelos que impiden el despegue de los países del mundo para abandonar la tutela de los poderosos que buscan estas relaciones de vasallaje.
La aplicación en Tierra del Fuego si es correcta y acompañada de un posterior programa de inserción en la educación oficial podría ampliar la cantidad de mano de obra disponible para el sector industrial haciendo crecer la economía de la provincia, como así también desarrollar los factores productivos de una parte de nuestra nación. No está de más recordar que para la llegada del socialismo es necesaria cierta evolución y consolidación del capitalismo previamente, eso incluye el desarrollo de los factores productivos para poder crear una clase proletaria industrial en auge. Este podría ser un mensaje que produzca el desarrollo de planes similares en el resto de provincias.
Por suerte ahí siempre está La Habana como ejemplo de políticas estatales correctas en materia educativa y de salud, que aparecen como un faro para nuestra región que ha probado por vías incorrectas una y otra vez teniendo la respuesta a la vista.
LULO MALESSORI

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