Mario Pereyra “Ciudadano ilustre”

Malas noticias para el periodismo y la verdad en los medios. El amigo del genocida general Luciano B. Menéndez ha recibido una distinción como “Ciudadano Ilustre” de la ciudad de Córdoba, por decisión del Concejo Deliberante de esta ciudad adoptada el 12 de diciembre, casi en coincidencia burlesca con el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Me refiero al seudo periodista Mario Pereyra, dueño de Cadena 3 (léase Condena 3), el medio que se hizo nacional gracias a los buenos oficios de Germán Kammerath y la secretaría de Comunicaciones de Palazzo, ambos de la Ucede, en los años menemo-cavallistas.

Es el medio radial más asquerosamente macrista y derechoso que existe en Córdoba y posiblemente en el interior del país, compitiendo de igual a igual en sus hijadeputeces con Mitre y otros medios de Clarinete. Mario Pereyra de “Juntos” tuvo de co-conductora Blanca Rossi, devenida en 2013 en diputada nacional por Unión por Córdoba por invitación de José M. De la Sota, secundando a Juan Schiaretti en la lista de diputados. “Blanquita” era una asna total igual que otro asno que Pereyra también coló antes como diputado nacional por UPC en los años de la ley de medios y que la votó en contra en 2009 diciendo que a él le gustaba el ratón Mickey y que esa ley de servicios de comunicación audiovisuales se lo iba a prohibir. Se llama Arturo Miguel Heredia, otro burro típico producto de Cadena 3 y los negocios de Pereyra con el poder provincial, de generosa pauta publicitaria.

Pereyra tuvo un programa en Canal 10 durante la gestión de Francisco Delich como rector de la UNC, cuando comenzó una onda privatizadora de los medios públicos de los SRT, y en su primer envío, “Qué domingo”, llevó como entrevistadoestrella al genocida Menéndez. Se armó tal protesta que fue el primero y último programa.

Hoy el Concejo Deliberante del intendente radical Ramón Mestre, firme aliado de Macri, lo distingue como “Ciudadano Ilustre”. Tomamos nota de esto y lo guardamos en la memoria del pueblo, que no olvida ni perdona y algún día hará tronar el escarmiento. A no quejarse en ese momento, cuando llegue la hora de la justa y fuerte revancha popular sobre genocidas, traidores, genuflexos y alcahuetes de los monopolios.

SERGIO ORTIZ