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Los bancos ganan y no arriesgan

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Qué es el robo de un banco comparado con la fundar uno”. Bertolt Brecht

Los bancos han sido grandes ganadores en los últimos años y siguen ganando en medio de la pandemia.

En 2019, el PBI de Argentina tuvo una caída del PBI del 2,2%. En el mismo tiempo, los bancos obtuvieron una ganancia neta de $314.044 millones, un 51% más que el año anterior.

La fiesta no fue igual para todas las entidades financieras: respecto de 2018, el Banco Patagonia se alzó con un 229,5% más; el Galicia, 191%; el BBVA, un 131%; el Macro, un 153%; y el Credicoop, banco cooperativo, mejoró sus beneficios un 186%.

Esas ganancias estuvieron sostenidas en buena medida por las Lebac, Leliq y otros papeles emitidos por el Estado, que de esa forma se convirtió en garante del éxito bancario con los fondos de todos.

Dibujo de Diego Parés

El correlato de esa transferencia a favor de la banca privada fue el desempeño mucho más modesto de las entidades públicas, que alcanzaron una ganancia mínima a pesar de ser las que financian a las administraciones nacional y provinciales.

En el contexto del Aislamiento Social, muchas PyMEs se encontraron con dificultades por la falta de ingresos. Uno de los problemas fue la cantidad de cheques rechazados que vencían en este período y que no pudieron ser cubiertos por esas empresas. A mediados de abril ya eran 368.000 los cheques rechazados, ya que los bancos decidieron cobrarlos, pero las cuentas de donde debía sacarse el dinero no tenían fondos suficientes. Esto se debe a que las empresas frecuentemente pagan (insumos, por ejemplo) con cheques diferidos, para depositar en la cuenta el dinero a partir de las ventas.

A comienzos de abril, el gobierno nacional decidió destinar $30.000 millones para facilitar préstamos a las micro, pequeñas y medianas empresas, para que pudieran hacer frente al pagos de salarios, contribuciones patronales y para cubrir cheques. El Estado le entrega el dinero directamente a los bancos, no a las empresas, por lo que aquéllos lo usaron principalmente para cobrarse deudas y no para otorgar créditos.

En la lógica de las entidades financieras se desconfía que las empresas que pidan plata puedan pagarla después, ante la incertidumbre sobre el desarrollo de la pandemia y las medidas que se adopten para frenar su propagación. Además, usan los fondos para seguir haciendo operaciones que les reportan ganancias, como si el dinero fuera de ellos.

Esto muestra que, como manda la lógica capitalista, ponen su interés de lucro por encima de las necesidades económicas del país.

Otra medida paliativa del gobierno fue la creación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), destinado a trabajadoras y trabajadores informales que hoy no pueden desarrollar sus actividades, así como a quienes no tienen trabajo. Los bancos aprovecharon esos fondos para cobrarse deudas, retener pagos de servicios, etc. a pesar de la evidente función social básica de ese monto. El Banco Central tuvo que emitir un comunicado a las entidades financieras señalando que “no corresponde deducir de ese beneficio ningún tipo de concepto”.

El IFE consiste en $10.000 por grupo familiar, muy por debajo de la línea de indigencia que ya superaba los $17.000 en marzo último.

Por si fuera poco, con la refinanciación automática de vencimientos (dispuesta también por el Banco para evitar las suspensiones a quienes no pudieran pagar durante el aislamiento), los bancos vuelven a hacer negocio: mientras pagan alrededor de 24% por plazo fijo, cobran entre un 53% y un 70% por la refinanciación de las tarjetas. El Central puso un tope de 43% a los intereses (con lo cual igual tendrían una importante ganancia), pero lo que termina pagando el cliente es mucho más, debido a la suba de costos financieros y a la forma de cálculo del interés real.

El coronavirus traerá consecuencias graves no sólo para la salud sino para la economía en su conjunto. Y los bancos no sólo no aportan soluciones sino que dificultan hasta los paliativos menores que ensaya el gobierno. Los monopolios buscan descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y los bancos pretenden mantener sus exorbitantes ganancias aunque condenen al hambre a la población.

Por eso es indispensable nacionalizar los bancos, para ponerlos al servicio de la economía nacional, de los trabajadores, las PyMEs y asistir financieramente a las necesidades de la población. No hacerlo permite que sigan teniendo ganancias altísimas mientras el pueblo atraviese situaciones de enorme gravedad.

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