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LA FALSA DEMOCRACIA YANQUI

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Elecciones en EE UU y ganó el imperialista Donald Trump

            EEUU se considera a sí mismo como “la mayor democracia” del mundo, y desde ese rol juzga a los demás países. Sin embargo, su sistema electoral deja mucho que desear en relación al respeto a la voluntad popular. 

            Es que al ser un sistema indirecto, los y las votantes no eligen a los candidatos propuestos por los partidos políticos sino que se vota por  “compromisarios” que formarán parte de un Colegio Electoral, que a su vez elegirá al futuro presidente de la Nación, juntamente con su vice.

            Como cada estado tiene su propio sistema, en 48 de ellos el candidato ganador se lleva todos los electores de su estado, aunque haya ganado por un voto.          De esta manera, el resultado final de la elección no siempre beneficia al más votado, con lo cual se tergiversa la voluntad de la mayoría del electorado.

            Desde 1857, demócratas y republicanos se han alternado en el gobierno de los EEUU, con clara preeminencia de los segundos: en 18 oportunidades fue elegido un presidente demócrata y en 26 ocasiones un republicano. Siempre fueron presidentes varones, pues en 2016 Hillary Clinton no pudo convertirse en la primera mujer presidenta de los EEUU, al perder con Donald Trump en 2016. Tampoco pudo hacerlo la demócrata Kamala Harris en esta oportunidad, al perder con Trump el pasado 5 de noviembre.

CANDIDATA SOCIALISTA

            Además de los partidos Republicano y Demócrata, participaron otros espacios políticos, como el Partido Libertario, el Partido Verde, Partido Popular, entre otros. Desde el Partido de la Liberación destacamos la postulación de Claudia de la Cruz, candidata a presidenta por el el Partido Socialismo y Liberación (PSL), de ideología marxista-leninista, que en su plataforma expresa que su lucha es contra “la guerra imperialista, el racismo, el sexismo, la discriminación por orientación sexual, la violencia contra los inmigrantes, la pobreza y la brutalidad policial”.

            El PSL denunció tanto a Trump y sus propuestas de extrema derecha como a Harris, pues considera que fue su fracaso y sus falsas promesas a la clase trabajadora, lo que posibilitó el triunfo de Trump (cualquier similitud con Argentina 2023 no es simple coincidencia). De la Cruz denunció también que Harris desarrolló una campaña antiobrera y racista contra las familias inmigrantes, adhiriendo a la agenda de la derecha estadounidense, que finalmente resultó ganadora y vuelve a poner a Trump en la Casa Blanca.

            En la mayor potencia imperialista del planeta, es muy meritorio que el PSL haya obtenido un muy buen número de votos, superando a otras campañas socialistas históricas como las del Partido Comunista de EEUU en 1921 y el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP) en 1971. Aún con cifras parciales había cosechado 108.000 votos en todo el país.

¿DEMOCRACIA?

            Al ser un sistema indirecto, en EEUU no siempre resultará elegido el candidato más votado, sino el que obtenga más integrantes en el Colegio Electoral (tiene 538 escaños). O sea, gana quien obtenga 270 electores.

            En 2016, Hillary Clinton logró casi 3 millones de votos más que su competidor Trump, pero este fue finalmente consagrado presidente. Y paradojalmente Trump desconoció (y lo sigue haciendo) los resultados de la elección de 2020, cuando perdió frente a Joe Biden. En enero de 2021, una turba de fanáticos ultraderechistas, instigados por las denuncias de Trump y su desconocimiento del resultado, irrumpió violentamente en el Capitolio, provocando graves y violentos disturbios, con un saldo de cinco muertos y decenas de heridos por armas de fuego.

            En la causa judicial por esos hechos, Trump fue sobreseído. Pero tiene otras condenas judiciales, por haber falsificado registros para ocultar un escándalo sexual durante su primera campaña presidencial en 2016. Sin embargo, pudo ser candidato y finalmente volverá en enero próximo a ocupar la Casa Blanca tras haber ganado las elecciones. En Argentina también tuvimos un presidente con más de 200 causas judiciales, Mauricio Macri, pero nuestro Poder Judicial no lo condenó en ninguna, ni siquiera en el escandaloso proceso del Correo Argentino, que lleva más de 20 años sin que se realice el juicio ni dictarse sentencia.

            A Cristina Kirchner en cambio, la han condenado en la causa Vialidad, un proceso sin pruebas y plagado de irregularidades, además de inhabilitarla de por vida para ejercer cargos públicos. ¡El lawfare al palo! 

DOBLE VARA

            La democracia yanqui es falsa como moneda de cobre, pero peor es el trasfondo económico de las campañas electorales, pues en su financiamiento tallan los millones de dólares de los dueños del verdadero poder en Yanquilandia: las corporaciones económicas y los súper millonarios como Elon Musk, principal aportante de la campaña republicana. Sin haberse terminado de rendir todos los gastos, se estima que en esta elección se gastaron 16 mil millones de dólares, y puede encaminarse a ser la más cara de la historia si supera los 20 mil millones de dólares que costó la campaña electoral de 2020.

            A pesar de estos aspectos tan poco democráticos, los sucesivos gobiernos yanquis, sean republicanos o demócratas, se erigen como el modelo de democracia que el resto del mundo debería imitar.

            En las recientes presidenciales de Venezuela, el pasado 28 de julio, todo el establishment norteamericano se hizo eco de la denuncia de fraude que formulara el candidato opositor Edmundo González Urrutia y la golpista María Corina Machado, negándose a reconocer el triunfo del presidente Nicolás Maduro. Lamentablemente, la mayoría de los países de la región latinoamericana se unió a ese coro, desconociendo el dictamen del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Superior Electoral.

            El sistema electoral venezolano, con elección directa a presidente y vice, con voto electrónico, que entrega una constancia a cada elector y un acta a cada partido presente en la mesa de votación, es muy superior en cuanto a la transparencia y la seguridad de los resultados que se obtienen.

            En Venezuela resulta elegido el candidato más votado, le guste o no a Washington, que se entromete en los asuntos internos de los países que no se someten a sus dictados políticos y económicos. Así, EEUU somete a Venezuela a más de 930 sanciones, al igual que lo hace desde hace 62 años contra Cuba. En este último caso, desconociendo el explícito apoyo que la isla socialista obtiene cada año en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde el pasado octubre 187 países votaron a favor de la eliminación del bloqueo criminal que sufre por parte de EEUU. Solo dos países votaron en contra (EEUU e Israel) y uno se abstuvo (Moldavia).

            Como vemos, las palabras “democracia” y “libertad” están en decadencia en algunos países, comenzando por EEUU, cuyos gobiernos, sean republicanos o demócratas, pretenden tener la autoridad moral para juzgar a los demás, criticando la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga en el propio. Fidel Castro llamó a este sistema como plutocracia, o sea gobierno de los ricos, para los ricos y por los ricos.

IRINA SANTESTEBAN

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