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Notas del camarada Sergio

Honor a los caídos en La Tablada

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El 23 de enero se cumplió un nuevo aniversario del intento de copamiento del cuartel de La Tablada, en 1989, por parte de los compañeros del MTP. La acción fue errónea en política y además terminó en tragedia, con 32 muertos de los compañeros y cuatro desaparecidos.

Pero más allá de esa dura crítica, no hay que perder de vista que esos compañeros del MTP eran parte del campo popular, y en cambio el general de brigada Alfredo Manuel Arrillaga y el mayor Jorge Eduardo Varando que los reprimieron, era parte del genocidio de la dictadura (Arrillaga hoy está condenado por otros crímenes).

Tablada dividió profundamente al campo popular. La izquierda reformista y trosca, de “Izquierda Unida” (PC y MAS) condenó públicamente el ataque en duros términos y los legisladores de este espacio, Luis Zamora y Silvia Díaz, enviaron condolencias al Ejército y se solidarizaron con éste.

Por ejemplo, el Comité Central del Partido Comunista, en su declaración del 26 de enero de 1989, decía: “Los comunistas condenamos enérgicamente estos sucesos”. La solicitada del MAS del 27 de enero de 1989, se titulaba “El MAS repudia el asalto a la Tablada”. Y en términos parecidos se expresaba la solicitada de Izquierda Unida en Clarín, del 26 de enero de ese año.

Quiero recordar también que a 13 de los detenidos les dieron cadena perpetua, que Roberto Felicetti cumplió más de 11 años de prisión y que a fray Antonio Puigjané lo condenaron a 20 años de prisión pese a que no participó de la acción (sólo una comparación: al brigadier Orlando Ramón Agosti, comandante de la Fuerza Aérea e integrante de la primera Junta Militar, la del golpe de 1976, en el juicio a las juntas, ¡le dieron apenas 4 años y 8 meses de prisión!)

El Partido de la Liberación, aún cuestionando políticamente la acción, repudió la represión brutal del Ejército, que ese día no sólo mató sino también secuestró y asesinó a presos, usó artillería pesada y proyectiles de fósforo blanco, pasó con tanques por encima de los cuerpos de los compañeros caídos, torturó a los prisioneros, etc. Lamentable el rol del presidente Raúl Alfonsín, avalando la represión militar y tendiendo su mano a los represores, que se la dejaron en el aire.

En esa acción murieron valiosos compañeros del campo popular, como el abogado Jorge Baños y el militante Francisco Provenzano. En las marchas del 24 de marzo de 1989, apenas dos meses después de estos sucesos, el PL marchó con pancartas de “Libertad a fray Puigjané”. Alrededor nuestro se hizo el vacío como si hubiera caído una bomba neutrónica. Nunca nos arrepentimos de esa postura solidaria. Nuestros dirigentes fueron más tarde a visitar a Enrique Gorriarán Merlo a la cárcel de Devoto, a llevar solidaridad con quien había sido capturado ilegalmente en México durante el gobierno de Carlos Menem y traído al país violando leyes.

Entre otros errores del MTP estuvo el hecho de que, si realmente en ese cuartel estaba cocinándose un golpe de Estado, lo mejor habría sido aguardar a que el mismo se produjera, se vieran algunas pruebas concretas de ello. Y entonces sí llamar al pueblo a levantarse en contra del golpe con la linda consigna del MTP de esos años: “Al miedo y al golpe lo paramos entre todos”. Algo así como sucedió en 1936 en España: que Francisco Franco mostrara las uñas de su levantamiento en África contra la República y luego la España republicana se alzó en armas contra el nazi-franquismo.

En cambio de la forma como actuó el MTP, la teoría de que había un golpe no pudo ser demostrada ni vista por las mayorías; quedaron ellos mismos como que acudían a la violencia en tiempos de democracia, aislándose.

Los revolucionarios pueden cometer errores y éstos deben ser criticados y auto criticados, pero sin perder de vista nunca la cualidad de esos luchadores y su pertenencia al campo popular. No se puede incurrir en la rastrera actitud de tratarlos como enemigos, como “infiltrados”, como “agentes de la CIA”, etc, como algunos reforma-progresistas y troscos hicieron con Gorriarán Merlo y los compañeros del MTP. Revolucionarios equivocados, esa fue y es nuestra caracterización política de lo ocurrido en Tablada el 23 de enero de 1989. Y para subrayar, allí quedó claro el carácter represor y genocida del Ejército “argentino” que en cambio fue tan poco combativo contra los ingleses en Malvinas en 1982, salvo honrosas excepciones.

 

SERGIO ORTIZ,
Secretario General del PL
25 de enero de 2017

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1 Comentario

1 Comentario

  1. Anónimo

    24 enero, 2018 a 19:46

    Los revolucionarios pueden cometer errores y éstos deben ser criticados y auto criticados, pero sin perder de vista nunca la cualidad de esos luchadores y su pertenencia al campo popular

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