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Entrevista a un delegado de Molinos Minetti

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Maximiliano Gómez es delegado de Molinos Minetti desde hace tres años y medio, y junto a los 150 trabajadores despedidos reclaman la reactivación de la planta, cerrada por voluntad de la empresa, la reincorporación de todos los trabajadores y el pago de los salarios adeudados de siete meses. Es técnico electromecánico y trabaja en mantenimiento de la empresa. Hablamos con Maxi.

Liberación: ¿Cómo está actualmente el conflicto?

Maxi Gómez: Hace más de una semana abandonamos la ocupación pacífica de la planta, luego de sufrir una campaña de la empresa y los medios de comunicación que intentaron demonizarnos. Venimos participando de los plenarios de la CGT Rodríguez Peña y la CTA A, junto a movimientos sociales y otras organizaciones políticas y de derechos humanos; hemos recibido apoyo de sindicatos y vecinos. Estamos convencidos que la lucha la tenemos que dar en la calle, se abre un año difícil para los trabajadores, tenemos que juntar todas las ayudas y adhesiones posibles, ir hacia una acción que nos devuelva los puestos de trabajo. Acá hay un vaciamiento de una empresa, la cuarta productora nacional de harina, en tiempos de hambre y desnutrición. Una alimenticia no puede cerrar sus puertas ni dejar familias en la calle; por ello pedimos que los sindicatos se pongan en movimiento, si no, sentamos un precedente para que otras patronales hagan lo mismo.

L.: ¿Cuál ha sido la actitud de la empresa durante el conflicto?

M.G.: Dejó de pagar los salarios y a eso se sumó la ausencia del sindicato, que nos abandonó en octubre, dejándonos desamparados, pero no bajamos los brazos y continuamos con nuestra asamblea. Se desentienden de la obligación de defendernos frente a la patronal, pero los trabajadores hicimos movilizaciones para visibilizar el conflicto: cortes de media calzada, panfleteadas en el centro, etc, desde hace meses. Hubo gremios que nos ayudaron, otros que no, como la CGT Regional Córdoba (oficialista), en cambio la CGT Rodríguez Peña, la CTA A y otras agrupaciones nos han acompañado. Entendemos que hay cuestiones orgánicas, que pueden limitar a otras organizaciones, pero en este conflicto se están vulnerando derechos humanos básicos. La indiferencia puede llegar a matar.

La falta de salario nos produce todo tipo de carencias. No podemos comprar la leche ni los pañales para los bebés, ni los medicamentos, no tenemos obra social porque no pagan los aportes, no podemos pagar los alquileres y hay compañeros intimados por alquileres impagos, por las tarjetas también.  

L.: ¿Hubo acercamientos o posibilidad de acuerdo con la empresa?

M.G.: En los últimos dos años y medio veníamos denunciando los atrasos en el pago de los salarios y de los aportes a la seguridad social. El 22 de agosto de 2019, cuando no pagan la primera quincena de ese mes, nos declaramos en asamblea permanente; a las dos semanas la empresa ofreció un acuerdo para sacar mercadería para la venta, ya empaquetada, porque con ese dinero nos iban a pagar los salarios adeudados. Accedimos de buena fe a ese acuerdo, pero sólo pagaron el 50% y volvimos a asamblea permanente. Ya no volvimos más a la planta a trabajar y la empresa no se presentó más.

En octubre ya no había producción, sólo fraccionamiento. En setiembre nos cortaron la luz por falta de pago, y nos quedamos sin agua y sin luz para poder producir. Hay riesgo por los insectos y por la fermentación del trigo, que puede producir explosiones. Hicimos una presentación por riesgo e insalubridad, ahí intervino el sindicato nacional, y la empresa mandó los telegramas de despido. Luego presentó el concurso preventivo.

Minetti nunca ofreció indemnizaciones por eso son despidos fraudulentos y sospechamos que el concurso es fraudulento. En enero, la empresa vino a abrir los portones que estuvieron cerrados seis meses e hizo una denuncia que dio lugar a un operativo de desalojo enorme. 14 días asediados por la policía. Un segundo desalojo no pudieron llevarlo a cabo, aunque se mantuvo la fuerte presencia policial, con armas largas, como si estuviéramos en una dictadura.

Decidimos salir a fines de enero, para seguir el procedimiento en la Justicia y exigir que se restablezca la producción, tal como lo ordenó la Justicia, que le pide a Minetti que precise el plan de reactivación que tiene.

Seguimos en la lucha, el lunes 17 vamos a hacer un corte en el peaje en la autopista a Carlos Paz, para que todos los turistas vean que en Córdoba hay empresas que estafan a sus trabajadores, que cierran a pesar de ser productores de alimentos en un país donde hay niños con hambre. Los trabajadores no bajamos las banderas, exigimos la reactivación de la planta, la reincorporación de los despedidos y el pago de nuestros salarios adeudados.

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