Editorial
El Partido de la Liberación y el 24 de marzo
El 24 de marzo de 1976 se consumó un sangriento golpe de Estado militar-cívico, el más horrendo de la historia argentina y eso que hubo varios (1930, 1955 y 1966), de los cuales el más represivo había sido el golpe gorila contra Perón.
Pero el de 1976 batió todos los récords de derramamiento de sangre, con 30.000 desaparecidos, fusilamientos y desapariciones, “vuelos de la muerte”, detenciones y torturas, violaciones a los derechos humanos, robo de 500 criaturas nacidas en cautiverio, vejaciones sexuales, exilios forzados y desapoderamiento de bienes de las víctimas de la represión.
Por esos delitos de lesa humanidad hoy están condenados casi 700 represores. Eso es fruto de la lucha de los organismos de DD HH y las fuerzas populares, con el acompañamiento clave de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
El límite político es que la abrumadora mayoría de los procesados y condenados son ex militares y miembros de las fuerzas de seguridad. Y está muy bien que estén tras las rejas y que pasen el resto de sus vidas en prisión común y efectiva, lo que lamentablemente no ocurre pues muchos invocan razones de edad o de salud para gozar de detenciones domiciliarias.
Los represores militares y policiales tuvieron socios y cómplices en los grandes grupos económicos, que aprovecharon la represión ilegal para hacer grandes negocios. ¡Los monopolios también fueron la dictadura! La figura emblemática fue José A. Martínez de Hoz, apologista de la entrega del país y los negocios privados tras la consigna “Achicar el Estado es agrandar la Nación”.
Esos ejecutivos de Ford, Acindar, Ledesma, Astilleros, Renault, Propulsora, Clarín y tantos otros grupos concentrados impulsaron el golpe de Estado para destruir la resistencia obrera y la lucha de liberación nacional setentista. Querían poder robar a cuatro manos. De allí la deuda externa gigantesca, negociados, privatizaciones, apertura de la economía a la penetración imperialista, la destrucción de la industria nacional y puestos de trabajo, la primarización de la economía al gusto de la Sociedad Rural, la “bicicleta financiera” y la ley de entidades financieras que lamentablemente aún está vigente.
Esos monopolios están impunes como lo grafican las sentencias favorables a la impunidad de Blaquier (Ledesma) y Massot (La Nueva Provincia). Eso no es extraño en el marco de impunidad favorecido por el gobierno neoliberal de Mauricio Macri y la justicia corporativa alimentada por Clarín y medios hegemónicos. Estos también fueron la dictadura, como se demostró en Papel Prensa, del que se adueñaron en base a los secuestros, torturas y violaciones sufridas por la familia propietaria, Graiver.
Es la gran asignatura pendiente en derechos humanos en el 40° aniversario del golpe. El PL levanta como consigna central: “Juicio y castigo a todos los genocidas, incluidos los grupos económicos que también fueron la dictadura”.
EL 40° ANIVERSARIO
Aquel reclamo de justicia para con los 30.000 desaparecidos es justo por lo que hicieron los monopolios hace 40 años. Pero también es necesario hoy porque esos y otros monopolios, sojeros, cerealeras, bancos, compañías y grandes inmobiliarias están atacando el salario, el empleo y el patrimonio nacional, no ya con una dictadura sino con el gobierno de Macri.
Esas minorías explotadoras se beneficiaron con la eliminación de las retenciones, que les reportó 30.000 millones de pesos; con la devaluación del peso en un 60 por ciento, que aumentó en esa proporción el capital de quienes tenían billetes estadounidenses dentro o fuera del país donde los fugan. Macri quitó las retenciones a productos industriales exportables, a pedido de Techint, y a las mineras, con el aplauso de Barrick Gold y megamineras que envenenan nuestros ríos como en Jáchal, San Juan.
El endeudamiento de 15.000 millones de dólares para pagar a los “fondos buitres” provocará el hambre de nuestra gente y no servirá para construir ninguna escuela, hospital ni ruta. Todo el dinero conseguido con aquellos bonos irá a los bolsillos de NML, Aurelius y demás usureros amparados por el juez yanqui Thomas Griesa. Macri y Prat Gay aceptaron todas sus sentencias anti-argentinas y quieren que el Congreso derogue dos leyes por reclamo de ese juez extranjero. Es un récord de entreguismo.
Con esos pagos a la usura saldrán ganando los bancos colocadores de los bonos, que cobrarán comisiones millonarias, y las grandes empresas “argentinas”, como Techint, que podrían conseguir préstamos a tasas más bajas, para amasar mayores ganancias.
Todo es para los monopolios, que ubicaron a sus ex gerentes en ministerios y secretarías del gobierno de Macri: Shell, LAN, General Motors, Monsanto, Dietrich, JP Morgan, Telefónica, Galicia, Socma (Sociedades Macri), etc.
Para el pueblo se ha abierto una etapa de sufrimientos, pobreza, alta inflación y pérdida de derechos, como se patentiza en los 100.000 despidos y una inflación de 16 por ciento o más en sólo tres meses.
El PL estará en la calle este 24 de marzo, repudiando a Macri y su visitante yanqui Obama, defendiendo a la gloriosa Generación del ’70 y proponiendo la unidad antiimperialista para enfrentar al gobierno de los monopolios, el ajuste, la entrega a los “buitres”, la represión y nuevas “relaciones carnales” con el imperio.