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El oportunismo electoral hace estragos

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Gran parte de gobernadores e intendentes han adelantado las elecciones respectivas. Muchos son radicales o de partidos provinciales como en Neuquén y Río Negro, para despegarse de la figura hoy desprestigiada de Macri y la marca Cambiemos.

Otros, peronistas, para sumar en sus distritos los votos que mantiene Cristina, y luego de eso, con las manos libres de compromisos con los K, negociar como se les cante en octubre. Eso hicieron los de Córdoba, San Juan, Tierra del Fuego, Entre Ríos, etc. En el caso de Córdoba con la ventaja adicional de que Cristina levantó intempestivamente la lista kirchnerista como ofrenda a Schiaretti; los K no tendrán candidato a gobernador ni a legisladores el 12 de mayo.

Todas esas maniobras no son inteligentes tácticas sino oportunismo electoral. Por un cargo o por un voto son capaces de matar a la madre…

Es también un tiempo de panqueques de todos los gustos. Gente que juraba lealtad a un color político luego se dio vuelta y juró al sector opuesto. Tipo Groucho Marx: “estos son mis principios pero si no le gustan tengo estos otros principios”.

Esas jugadas buscan una justificación política. Los macristas dicen que todo es válido con tal de ganar otros cuatro años en la Rosada y demoler al “populismo”. Hablan de Ahora 12, congelar algunos precios hasta octubre y hacer rebajas a los jubilados.

Los kirchneristas dicen que todo está permitido, juntarse con cualquiera y votar hasta el Ratón Mickey, con tal de lograr una unidad contra Macri. De allí el operativo seducción sobre Massa e incluso sobre Schiaretti, con gesto mencionado. Esa unidad tan amplia y sin límites, sólo Macri sería ese límite, explica los amontonamientos de los K con peronistas que fueron sus detractores en las provincias. Y también en el Consejo Nacional del PJ, adonde trajeron a Hugo Moyano, Héctor Daer, Daniel Scioli, Felipe Solá, etc, con Gildo Insfrán como presidente del Congreso del PJ.

En tiempos electorales florecen las ambiciones personales y de grupo. Scioli dice que será candidato incluso contra Cristina e Insfrán toma distancia de ella. Otro tanto con el perdidoso Martín Soria en Río Negro.

La mayor fragmentación ocurre al interior de la oposición, entre kirchneristas y “Argentina Federal”, y al interior de ésta entre Massa y Lavagna, quien aspira a un frente patronal más amplio con peronistas, radicales y socialistas a la violeta, acusando al otro de estar en una interna peronista.

La fragmentación también ocurre dentro del oficialismo y Cambiemos, pero aún no hubo rupturas. Sí tomó distancias un sector de la UCR, que mira con simpatía a Lavagna, pero no se rompió Cambiemos (sí hubo división en Córdoba, a nivel provincial y por cuestión de cargos).

TRES PLANES DEL PL

El PL critica desde siempre esas maniobras tan típicas de la política oligárquica, burguesa y pequeña burguesa que lamentablemente infecta al progresismo, la centroizquierda e izquierda reformista. Las elecciones sacan afuera lo peor de ellos.

Nosotros planteamos que se debe continuar con la lucha popular hasta el día de la votación, por los reclamos de Pan, Trabajo, Jubilaciones, Tierra, Salud, Educación y Vivienda para las mayorías.

Y que se deben formar frentes nacionales, populares, democráticos y antiimperialistas (ver Editorial) con un programa de cambios de fondo para salir de la crisis en que nos metieron el capitalismo dependiente, Macri y el FMI.

Llegado el momento de votar, lo ideal sería contar con un frente capaz de unir a lo mejor de los trabajadores, el pueblo, las capas medias, Pymes y burguesía nacional, con sus diversas expresiones políticas.

Nuestro PLAN A es que se forme un frente amplio de ese tipo, con un programa mínimo de no pagar la deuda externa, romper con el FMI y otros puntos básicos, y con Cristina como candidata a presidente. El PL sería parte de esa unidad y trabajaría activamente.           Nuestro PLAN B, si lo anterior no se logra, es unir a la izquierda, centroizquierda y parte del kirchnerismo, en un frente del PL con el PC, Patria Grande, MPA, Miles, Mocep, RPL, sectores kirchneristas, etc, con un programa más completo y candidatos más combativos. El PL formaría parte de ese frente y aportaría activamente a la campaña, sin importar sus cargos en la lista.

Nuestro PLAN C, si los dos intentos anteriores no se pueden concretar, es formar un frente antiimperialista con las fuerzas más consecuentes, aún en un espectro más chico. Ese frente no tendría personería ni candidatos propios, y durante la campaña agitaría en fábricas, facultades y barrios la necesidad de seguir la lucha después del 10 de diciembre, proponiendo un programa antiimperialista y antimonopolista. Si los candidatos fueran Macri, Lavagna o Massa, sin Cristina, nuestro frente votaría en blanco el 27 de octubre. Sólo en balotaje votaría por el mal menor, o sea en contra de Macri.

Estas son nuestras ideas. Y para debatirlas, y escuchar las de otras corrientes frentistas y antiimperialistas, el PL invita a una reunión política en Córdoba para el sábado 1 de junio, con motivo de los 50 años del Cordobazo. Esa gesta histórica de la clase obrera debe retomarse y actualizarse en una declaración pública y acciones prácticas de unidad en esta lucha por la II y definitiva Independencia.

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