SÍGANOS EN

Juventud

El Che a los argentinos

Publicado

el

25 de Mayo de 1962

Palabras pronunciadas en festividad con la comunidad argentina radicada en La Habana.

            Cuba también, como los héroes del 25 de Mayo de 1810, no tiene otra virtud especial, no es nada más ni nada menos, que la exposición de como un pueblo puede lograr su victoria, no original, no en base a planteamientos que se hayan imaginado por primera vez, no usando una estrategia por primera vez descubierta en la historia. Simplemente, aprovechando el momento histórico en que se desarrolló, utilizando acertadamente la estrategia revolucionaria, unificando a todas las masas anhelantes de un cambio mediante el liderazgo de un movimiento que supo, en un momento dado, interpretar las aspiraciones del pueblo cubano bajo la dirección de un líder de características extraordinarias que como todos los grandes lideres supieron aglutinar a todo el pueblo de Cuba y en las condiciones especiales en que nosotros estábamos, luchando desde la Sierra en las difíciles condiciones de la guerrilla, en los campos, unificar un ejército campesino que avanzó sobre las ciudades, que unió a sí a la clase obrera, que derrotó al ejército en una y en muchas batallas campales y que llegando desde el campo, entró en la ciudad y después se dedicó sistemáticamente a destruir el viejo orden establecido, empezando naturalmente por el arma mas poderosa de la reacción que es el ejército, porque no hay revolución triunfante que no tenga como imposición primera la de cambiar totalmente el ejército vencido, reemplazarlo por un nuevo ejército y establecer el dominio de clase.

            Todos sabemos que se necesitan, para que haya una revolución, condiciones objetivas y subjetivas y se necesita que el gobierno objeto de la revolución esté sufriendo embates fuertes y haya perdido su capacidad de reacción. Las condiciones objetivas están dadas en toda América, no hay país de América donde no estén en este momento dadas al máximo, las condiciones subjetivas sin embargo, no han madurado en todos los países con igual intensidad. Nosotros demostramos que las condiciones especiales de Cuba, las condiciones subjetivas iban madurando al calor de la lucha armada, que la lucha armada era un catalizador que agudizaba las luchas, que llevaba basta el paroxismo estas luchas y que iba haciendo nacer una conciencia. Condiciones subjetivas nosotros las llamamos a la conciencia de la necesidad de un cambio en una situación social dada y a la certeza de la posibilidad de ese cambio.

            Naturalmente, en América hay condiciones diferentes, hay países con grandes condiciones para la lucha de guerrillas y países con campesinados muy fuertemente desarrollados donde se hace mejor la guerra, hay países donde la clase obrera, las poblaciones urbanas son mucho mayores y donde las condiciones para una guerra son más difíciles. Nosotros sabemos que un hombre armado vale tanto o más que otro hombre armado de acuerdo con la ideología con que lleve su arma y que para que un hombre esté armado tiene que conseguir un arma y que las armas no nacen por generación espontánea, ni están tiradas a la vuelta de la esquina, las armas están en poder del ejército enemigo, del ejército opresor. Para lograr la liberación revolucionaria hay que tomar las armas, las pocas que haya y con esas quitar nuevas armas y convertir el pequeño ejército en un gran ejército popular. (aplausos)

            Perdónenme compañeros mi insistencia castrense en las armas, sucede que instrumentar aquel triunfo político de un momento y entonces el pueblo argentino tuvo que tomar las armas, pero aún más compañeros, después de tomar las armas y expulsar de todas las fronteras al invasor español, había que asegurar la independencia de la Argentina, asegurando también la independencia de las hermanas naciones de América y los ejércitos argentinos cruzaron los Andes para ayudar a la liberación de otros pueblos y cuando se recuerdan las gestas libertadoras siempre nuestro orgullo, más que el de haber obtenido la libertad de nuestro territorio y haber sabido defenderlo de la intrusión de la fuerza realista, es el haber cooperado a la liberación de Chile y Perú.

            Todo es parte de una sola lucha y es verdad cuando el imperialismo lo llama con un denominador común para que aun cuando las ideologías cambien, aun cuando uno se reconozca comunista o socialista, peronista o cualquier otra ideología política en determinado país. Solamente caben dos posiciones en la historia, o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios (aplausos) y todos los que están en contra de los monopolios, a todos ellos se les puede aplicar un denominador común, en eso los norteamericanos tienen razón, todos los que luchamos por la liberación de nuestros pueblos luchamos al mismo tiempo, a veces aunque no lo sepamos, por el aniquilamiento del imperialismo y todos somos aliados aunque a veces tampoco lo sepamos, aunque a veces nuestras propias fuerzas las dividamos en querellas internas, a veces en discusiones estériles, dejamos de hacer el frente necesario para luchar contra el imperialismo, pero todos, todos los que luchamos honestamente por la liberación de nuestras respectivas patrias, somos enemigos directos del imperialismo.

            En este momento no cabe otra posición que la de lucha directa o la de colaboración, y yo sé que ninguno de ustedes es colaborador del enemigo, que ninguno de ustedes está ni remotamente a favor del imperialismo y que todos están decididamente por la liberación de la Argentina (aplausos) liberación, porque la Argentina está de nuevo encadenada, cadenas a veces difíciles de ver, cadenas que no siempre son visibles para todo el pueblo, pero que la están amarrando día a día. El petróleo se va por un lado, compañías norteamericanas entran por todos los lados del país, viejas conquistas van cayendo y todo eso se produce lentamente, como un veneno sutil que va penetrando así en la Argentina como en muchos otros países de América. Sin embargo el pueblo reacciona con vehemencia frente a esta penetración que es sutil en términos generales, pero que siempre se asienta sobre las espaldas del pueblo y cuando los gobiernos tratan de lavarse las manos con una elección, suceden para ellos fracasos como el de la última.

            Eso compañeros, el que se repita la experiencia histórica del 25 de Mayo en estas nuevas condiciones, depende nada más que del pueblo argentino y de sus dirigentes, es decir, depende de ustedes en cuanto a pueblo y en cuanto a dirigentes; de tal manera que también una gran responsabilidad cae sobre ustedes, la responsabilidad de saber luchar y de saber dirigir a un pueblo que hace tiempo está expresando en todas las maneras concebibles, su decisión de destruir las viejas cadenas y de liberarse de las nuevas cadenas con que amenaza amarrarlo el imperialismo. Pensemos en la unidad indestructible de todo nuestro Continente, pensemos en todo lo que nos ata y nos une y no en lo que nos divide, pensemos en todas nuestras cualidades iguales, pensemos en nuestra economía igualmente distorsionada, igualmente aherrojado cada pueblo por el mismo imperialismo, pensemos en que somos parte de un ejército que lucha por su liberación en cada pedazo del mundo donde todavía no se ha logrado y aprestémonos a celebrar otro 25 de Mayo, ya no en esta tierra generosa sino en la tierra propia y bajo símbolos nuevos, bajo el símbolo de la victoria, bajo el símbolo de la construcción del socialismo, bajo el símbolo del futuro.

Fuente: Che Guevara, Ernesto: Obras. 1957-1967, t. II, Casa de las Américas, La Habana, 1970.

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