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Notas políticas

El balance político y electoral de las PASO

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El Partido de la Liberación (PL) hace su primer balance de las elecciones primarias realizadas el domingo 13 de agosto. La salvedad es que no se cuenta con el resultado definitivo de las PASO en la provincia de Buenos Aires, donde habita el 40 por ciento de la población nacional y vota el 38 por ciento del padrón total. El conteo de los votos se clavó en algo más del 95 por ciento, con un empate entre Cambiemos de Esteban Bullrich y Unidad Ciudadana de Cristina Kirchner.

El PL hace responsable de esa demora sospechosa políticamente al ministerio del Interior de Rogelio Frigerio y Adrián Pérez, a las autoridades del Correo y de la española Indra. Aún con esa salvedad, el Partido tiene su balance y lo da a conocer.

El aspecto negativo de esta elección es que el gobierno del PRO-Cambiemos, el partido del ajuste brutal contra los intereses populares, ha ganado a nivel nacional y se ha convertido en la primera fuerza política. Ganó en 13 provincias, algunas muy importantes como Capital, Córdoba, Mendoza y empatado en Buenos Aires, décimas mas o menos. Y ha triunfado en otros distritos donde nunca había ganado, como Santa Cruz, Neuquén, San Luis, Entre Ríos, etc, además de Corrientes y Jujuy.

Este aspecto negativo no puede menospreciarse escudándose en una supuesta victoria de UC en Buenos Aires que aún no pudo ser confirmada y que sería por un margen estrechísimo.

Hay que hacerse cargo de que el PRO era hasta hace unos años un partido municipal, porteño. Y hoy, alianzas de por medio, se ha convertido en una fuerza que ganó a nivel nacional. Además del impacto negativo a nivel de pueblo, eso impactará en la regresiva composición de las cámaras si se confirmara en octubre.

Esa victoria macrista tiene una avanzada en Capital, con la nefasta Elisa Carrió superando el 48 por ciento y sacándole casi treinta puntos al kirchnerismo. En otros distritos, sin llegar a esa paliza, su victoria también fue clara. Por supuesto que han influido los medios de comunicación concentrados y las mentiras del oficialismo, posando de defensor de la democracia y la lucha contra las mafias y la corrupción, pero también habrá que hacer un balance autocrítico dentro de Unidad Ciudadana y la izquierda, algo que el PL no rehúye. Se cometieron muchos errores en el enfoque político de la campaña, en la conformación del frente y en la selección de muchos candidatos. Sería necio ocultarlos y negarse a debatirlos.

Respecto a lo positivo del comicio, fue buena la performance de UC en Buenos Aires con el 34 por ciento obtenido por Cristina. Ese fue un voto contra el ajuste y para reclamar por los derechos inmediatos de los trabajadores y el pueblo, contra los despidos y tarifazos, para repudiar las reformas laborales y previsionales de Macri. Positivo también fue la victoria de Agustín Rossi en Santa Fe, en Río Negro y Tierra del Fuego, el 2 lugar de Filmus en Capital y el 10% de Carro en Córdoba.

Se esperaba más de la campaña de Cristina, no sólo en votos sino en aportes políticos al campo popular para la continuidad de la lucha, que debe reemprenderse desde hoy. El kirchnerismo incurrió en dos errores severos, a nuestro entender: 1) no tuvo un programa antiimperialista y antimonopolista, que marcara a fuego las diferencias con Techint, HSBC, la Sociedad Rural, la UIA y la Bolsa de Comercio, con propuestas concretas de cómo afectar a la oligarquía y el imperialismo. 2) No formó un frente más amplio, que incluyera a la izquierda (al PL lo dejaron afuera y a MILES y PC le sacaron tarjeta roja) y realizara las PASO con Florencio Randazzo. El 5 o 6 por ciento de éste, hubiera ayudado a ganar con claridad, pero en forma sectaria ¡se lo excluyó y trató casi como un agente de Macri!

El desarrollo de la campaña de Cristina tampoco nos dejó satisfechos por su contenido light, de no politizar, de limitarse a la denuncia del ajuste y los tarifazos, la caída del consumo y los ingresos. Obvio que estas cosas concretas debían ser materia de la agitación y propaganda, pero no sólo de pan vive el hombre. Se debió retomar las denuncias políticas contra Clarín, las causas de corrupción del clan Macri, el llamado a la movilización popular en vez de pedir levantar la movilización del 7 de agosto por San Cayetano. También nos dolió el silencio oportunista sobre Venezuela, donde el pueblo y gobierno bolivariano necesitaban del apoyo y solidaridad de los argentinos.

Se dirá que si iba a fondo en un programa antiimperialista, en movilizar al pueblo y dar solidaridad a Venezuela, Cristina hubiera perdido votos. El PL no lo cree, porque el 34 por ciento de los votos es de un núcleo firme popular que no se hubiera perdido. Y aún concediendo que se fueran unos pocos votos, aunque también se podrían haber ganado otros, la concepción no cambia: mejor una opción avanzada, popular y antiimperialista.

Es que el objetivo fundamental no puede ser un voto más o menos. Debe ser construir una herramienta frentista capaz de tener buen desempeño electoral -que es importante- pero sobre todo que juegue un papel movilizador en la lucha de clases. Al ajuste de Macri y los monopolios habrá que derrotarlo en las calles, sobre todo. Y esa es nuestra diferencia con la dirigencia de Unidad Ciudadana, que no quería que a Macri le fuera mal, que simplemente deseaba aplicarle un correctivo, que había que esperar que termine su mandato en 2019.

El PL reitera: a votar otra vez a UC en octubre pero a luchar todos los días. Y si el ajuste, la corrupción, la deuda externa y la desaparición de Santiago Maldonado son ley, entonces el Argentinazo será justicia.

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