Nacionales
EDITORIAL
NO QUEREMOS VOLVER A 2019 Y MENOS AÚN A 2015
La solución es la Unidad Popular, Antiimperialista y Revolucionaria
El gobierno de Mauricio Macri y Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio) fue un desastre para los sectores obreros y populares, y para la Nación misma. Al ajuste, 250.000 despidos, cierres de 25.000 Pymes, represión policial y de Gendarmería, grandes negociados de los grupos de poder y cercanos al presidente, etc, se añadió un gran endeudamiento externo que sirvió a la fuga de capitales.
Esa historia nefasta hay que recordarla porque, en parte por los ajustes del gobierno del Frente de Todos y en buena medida por los grandes medios de desinformación, más la carencia de un frente antiimperialista que eleve la conciencia política de nuestro pueblo, ahora hay gente desmemoriada y dispuesta a votar otra vez a aquella barbarie neoliberal. Es una posibilidad cierta que dispute el gobierno en 2023 con posibilidad de ganarlo. Y esa sería una tragedia mayor, por dos razones.
Primera, porque Macri y Patricia Bullrich vienen con recetas aún más criminales y para aplicarlas sin gradualismos.
Segunda, en muchos aspectos, no todos, estamos ahora en peores condiciones que en 2019: la crisis económica se agudizó, hay pobreza y la inflación es el doble de entonces. O sea que vendrían a golpear a un pueblo más dolorido que cuatro años atrás; incluso dañado por la frustración de un gobierno que prometió un montón de cosas, por ejemplo investigar la deuda externa y no lo hizo. Hizo todo lo contrario, como el acuerdo con el FMI en marzo de este año, que legalizó la estafa macrista y nos obliga a pagar fortunas los próximos diez años.
El actual gobierno vive una profunda crisis, no ha cumplido sus promesas de 2019 y tiene una línea de ajuste, cogobierno con el FMI y búsqueda de negocios e inversiones con los monopolios locales y trasnacionales para juntar dólares y “honrar” la deuda fraudulenta. Los sojeros, mineros, exportadores, automotrices, gasíferas, bancos, petroleras y alimenticias son los grandes beneficiados de este modelo.
Por eso se da la aparente paradoja de que esos monopolios hayan ganado con el Frente de Todos más millones de dólares que con su amigo Macri. Y eso no lo dice LIBERACIÓN sino los centros de estudios cercanos al kirchnerismo como CIFRA y CEPA. La contracara de esa acumulación monopolista es el retroceso de los salarios, incluso de los trabajadores registrados, pues la mitad de los mismos está por debajo de la línea de pobreza: la Canasta Básica Total para una familia tipo, en octubre, según INDEC, es de $139.737.
La inflación será este año del 100 por ciento y pulveriza el nivel de vida de la población, pero también afecta las chances electorales del oficialismo. Eso explica sus peleas internas sobre cómo atenuar esos dramas sin resolverlos, con un bono, una suma fija, un aumento de paritarias, etc. Incluso los críticos de ese aspecto puntual del ajuste, como Cristina, siguen elogiando a Sergio Massa. En su discurso de Pilar, el 4/11, ella dijo: “el ministro de Economía está haciendo también un gran esfuerzo, administrando las consecuencias de lo que pasó”.
El gobierno actual se vanagloria de su cogobierno con el FMI y los monopolios. Y el rejunte derechista de Juntos por el Cambio, con Milei o con éste yendo por afuera, quiere hacer un ajuste muchísimo más entreguista. Sería salir de Guatemala y caer en Guatepeor..
CREAR UNA OPCIÓN ANTIIMPERIALISTA
El PL cree que la gente de a pie que apoya al macrismo en cualquiera de sus variantes está totalmente equivocada y si hace eso se estará pegando un tiro en el pié, o en el corazón.
Y también cree que el sector popular que insista en apoyar al Frente de Todos con sus tres principales dirigentes, juntos o por separado, con políticas similares a las que viene aplicando desde 2019, estará chocando otra vez con la misma piedra.
Y no es una piedrita menor. Es algo mayúsculo, que generalizó el empleo precario, hizo perder a salarios y jubilaciones frente a la inflación, está hipotecando el país para pagar la deuda ilegítima, afianza un modelo extractivista, agrosojero y minero, sigue entregando el río Paraná y la soberanía. Eso del Paraná, no lo dice Vladimir Ilich Ulianov sino un kirchnerista como Mempo Giardinelli en sus columnas de Página/12.
El macrismo asesinó a Santiago Maldonado y Rafael Nahuel. El peronismo gobernante armó el Comando Conjunto y reprimió al pueblo mapuche, deteniendo a seis mujeres y sus pequeños hijos. Antes lo hizo Bullrich y ahora Aníbal Fernández, de responsabilidad política en los crímenes de Maxi y Darío en 2002 siendo funcionario de Eduardo Duhalde.
El Frente de Todos no es igual a Juntos por el Cambio y la Libertad Avanza. No es igual, pero en tópicos importantes son parecidos. El gobierno actual es tan desastroso que, al margen de su voluntad, facilita el regreso del macrismo. Ese es otro motivo para no apoyar a Alverso, Cristina, “Embassy” Massa, Máximo y Kicillof.
Emmanuel Macron, el presidente de centro-derecha derecha de Francia, decidió en julio pasado nacionalizar EDF, la mayor empresa eléctrica de su país. Y acá no se atrevieron a estatizar Vicentín. ¡Basta de conciliar con el FDT! Los sectores críticos que siguen adentro, como el PC, Lozano, Boudou, Grabois, etc, tienen que hacer autocrítica y romper ahora con el gobierno del ajuste, para formar una alternativa popular junto con quienes nunca estuvimos adentro del gobierno (sí votamos al FDT en 2019, desde afuera, para ayudar a vencer a Macri).
El PL propone la unidad política popular, antiimperialista y revolucionaria, con un programa concreto; por ejemplo expropiar a Molinos, Vicentín y Aceitera General Deheza para formar una Empresa Nacional de Alimentos. Y que ese programa gane vida mediante la movilización popular callejera, uniendo las luchas obreras y piqueteras actuales y elevándolas a un Argentinazo, con una orientación política que aquél de 2001 no pudo tener (no es una crítica al pueblo heroico que puso los 39 mártires sino una autocrítica que corresponde a las fuerzas populares, incluido el PL). Una razón más para formar ese Frente Antiimperialista antes que sea demasiado tarde.