Sindical
EDITORIAL
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¿Cómo enfrentar a un gobierno fascista como el de Milei?
Al cabo de un año y dos meses de gobierno, Javier Milei ha aumentado la deuda en 96.013 millones de dólares, con lo que el endeudamiento público asciende a 466.866 millones. Así lesiona la soberanía nacional y el bienestar de los argentinos. Por un lado, aumenta los pagos de esa deuda -en gran parte ilegítima y fraudulenta-, que este año insumirá 23.000 millones de dólares en intereses y amortizaciones de capital. Supondrá más pobreza cuando ya 25 millones de compatriotas están en esa horrible condición e incluso son indigentes y pasan hambre.
Aquel empinamiento de la deuda externa, sobre todo con organismos financieros internacionales como el FMI, bonistas privados como BlackRock y demás tenedores de títulos de la deuda trae aparejada pérdida de soberanía. Argentina no puede decidir sus políticas, inversiones y gastos, porque están supeditadas al FMI y sus revisiones trimestrales de los números del país. Así se deciden más recortes del gasto público en rubros fundamentales como empleo, educación, salud, vivienda, obras públicas, etc.
Es una catástrofe porque el gobierno fascista de Milei, para cumplir con sus sponsors internacionales, multinacionales y monopolios, aprobó el RIGI para incentivar los proyectos extractivistas de litio, petróleo, gas, oro, agua, etc. Argentina se convierte en colonia, sin atisbo de industria ni desarrollo independiente. Es una dependencia del gran capital y el imperialismo, que gestiona un “tratado de libre comercio con EE UU”.
La deuda externa, si bien es central en los padecimientos obreros y populares, no es lo único. A eso se suman los 180.000 empleos privados registrados que se perdieron, más los 50.000 empleados públicos “desvinculados” (dice el cruel e hipócrita gobierno). Eso da 230.000 despedidos, a lo que se deben sumar los empleos informales perdidos (se estiman dos o tres veces más).
¿Ahí acaban nuestros pesares? Por supuesto que no. Están los sufrimientos de los jubilados con un haber mínimo de 273.086 pesos más el bono congelado desde abril en 70.000 pesos, con quita de medicamentos gratuitos. Iniciaron las privatizaciones, al mejor estilo menemista, con el Belgrano Cargas, más el San Martín y el Urquiza (el primero del Noroeste a Rosario, el segundo a Mendoza y el tercero al Nordeste). Y siguen con IMPSA, una metalúrgica de primer nivel que será para una firma yanqui. La semiestatal YPF, conducida por un CEO de Techint, avanza en otro gasoducto en Vaca Muerta asociado a monopolios y multinacionales.
Este proyecto político no beneficia “a la burguesía” ni “al capitalismo” en general, como afirman algunos “izquierdistas. Es que han cerrado 12.214 pequeñas y medianas empresas, PYMES, según datos de CEPA. Se benefician centralmente a los monopolios extranjeros y locales, al capital financiero internacional, sobre todo yanqui. A la oligarquía y el imperialismo, como bien afirmaba la Generación del ´70.
La denuncia del PL de que enfrentamos a un gobierno fascista se basa también en que -si bien llegó con las elecciones de 2023- está actuando como una dictadura, en base a decretos de necesidad y urgencia, sin respetar ni leyes ni Constitución ni derechos de las provincias, como si fuera un poder único, apelando a vetos y comprando votos a legisladores cómplices y corruptos. Es fascista por el uso de la represión sobre el pueblo, sean trabajadores, jubilados, docentes, pueblos originarios, colectivos feministas, etc. En Jujuy, por ejemplo, la Gendarmería acaba de asesinar por la espalda a otro joven kolla, Ivo Torres, el tercero en poco tiempo.
Coherente con su alineamiento con EE UU e Israel, más dirigentes fascistas de la CPAC como Bukele de El Salvador, Zelenski de Ucrania y Vox de España, Milei apoya el genocidio del nazi Netanyahu contra los palestinos.
NUESTRAS TAREAS
La primera tarea es la agitación, propaganda, luchas y organización que desenmascaren a Milei ante el pueblo como un fascista que debe ser derrotado lo antes posible. Mientras haya tipos como Máximo Kirchner que digan que el infame veto fue “constitucional” (contra el aumentito a jubilados y del presupuesto de las universidades), aquella derrota no será posible.
Cuando se enfrenta a un enemigo tan criminal, todas las formas de lucha son valederas: las huelgas y rebeliones populares, los proyectos de ley en el Congreso, las denuncias jurídicas en el país y organismos internacionales, los frentes electorales y un sinnúmero de iniciativas más. Eso sí, debe quedar claro cuál es la vía principal para que caiga el Pelucón facho: la lucha popular en las calles, por las reivindicaciones parciales y generales, uniendo esas protestas y paros en un plan de lucha camino al Argentinazo.
En este inicio del año la situación es contradictoria. Por un lado la traición de la CGT y la mayor parte de las cúpulas gremiales, con honrosas excepciones, ha bajado el número de paros de trabajadores. Pero por el otro hay luchas obreras y movimientos amplios como los 2 millones de argentinos que se movilizaron el 1 de febrero contra el discurso anticomunista, antifeminista y homofóbico de Milei en Davos.
Hay que derrotar a los traidores de la CGT y unir las huelgas, marchas y protestas de los trabajadores, con sindicatos como ATE, SUTNA, Aceiteros, seccionales de Suteba, de Conadu H, Químicos, etc. De esa forma los trabajadores van a poder desplegar su rol dirigente junto a otros movimientos amplios, como los que ganaron las calles el 1 de febrero. Otro sector que merece un lugar grande en las luchas es el de los pueblos originarios y otros pueblos afectados por los incendios de 37.000 hectáreas en la Patagonia, pero sobre todo por la total falta de ayuda del gobierno de LLA y su negacionismo de la cuestión climática, combinado con los negocios inmobiliarios de sus amigos.
La tarea principal es la lucha, no lo electoral como plantean muchos, comenzando por el PJ y el peronismo en crisis. Para las legislativas de octubre faltan 8 meses y en ese lapso, sino derrotamos al facho, estaremos muchos miles más despedidos, empobrecidos, hambrientos, por no decir muertos. La urgencia es luchar, aquí y ahora.
Y eso requiere de otra herramienta esencial: un Frente Antifascista y Antiimperialista, con cabida para todos los que quieren derrotar a Milei e imponer un gobierno popular que deje de pagar la deuda externa, nacionalice los sectores básicos de la economía (bancos, comercio exterior y energía, entre otros), impulse una nueva Constitución para consagrar más derechos del pueblo, elimine el sentido represor de las FFAA y demás fuerzas de Inseguridad, democratice la justicia y los medios de comunicación, reclame en serio al Reino Unido por Malvinas y se una al ALBA (Venezuela, Cuba y otros socios) y los BRICS (China, Rusia, etc) en un mundo multipolar.
No confundir la construcción de ese frente con las infelices ocurrencias de Juan Grabois, de unir en una misma lista electoral a figuronas de la derecha y centro derecha como Carrió y Stolbizer. Pifiaste feo Juan.