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Diálogo en Venezuela

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En Venezuela se viven tiempos de crisis e inestabilidad.  La economía se contrae, se acelera la inflación y se profundiza el desabastecimiento. En lo político, el triunfo obtenido por la oposición en las legislativas de diciembre de 2015 acabó con 16 años de mayoría chavista en la Asamblea Nacional y potenció las medidas destinadas a desestabilizar al gobierno bolivariano. Intentaron aprobar una enmienda constitucional para acortar el mandato de Maduro y luego impulsaron la convocatoria de un revocatorio previsto por la Constitución, para poder destituir al presidente antes del final de su mandato (2019). En 18 años de gobierno bolivariano, se llevaron a cabo 18 elecciones. El chavismo perdió la última. Y la oposición, ha realizado, distintas acciones para desestabilizar: el golpe cívico-militar en el 2002, el paro petrolero en 2002-2003 y las guarimbas desde 2014.

Este año la oposición se ha tornado más virulenta. El apoyo de los nuevos gobiernos de derecha de la región: Macri, Temer y Horacio Cartes, junto  al declarado interés de Estados Unidos de intervenir en la política venezolana, todos ellos apoyados por los medios hegemónicos del país y del exterior, junto a los problemas económicos y sociales que sufren los sectores populares  (muchos de ellos “creados” para desestabilizar y restar apoyo a la gestión de Nicolás Maduro, como el desabastecimiento) han dado impulso a la MUD (Mesa de la Unidad Democrática).

Desde setiembre, comenzaron las movilizaciones opositoras y masivas, en Caracas y en las principales ciudades, con el objetivo de de que el Consejo Nacional Electoral aprobara el referéndum revocatorio. Las numerosas irregularidades denunciadas y comprobadas en la juntada de firmas, motivó que el 20 de octubre la Justicia la paralizara. Esta decisión trabó las aspiraciones de la MUD de hacer votar el revocatorio a más tardar en diciembre de este año, lo que permitiría llamar a elecciones a principios de 2017. Apelaron entonces a las manifestaciones callejeras, que provocaron muertos, heridos y detenidos en todo el país.

La intervención del Papa Francisco llamando al diálogo y la negociación política, está en marcha desde el 31 de octubre en que se realizó la primera reunión entre el gobierno y la oposición, que acordaron formar 4 comisiones y volver a realizar un plenario general el 11 de noviembre. Ambas partes hicieron algunas concesiones: el gobierno dispuso la liberación de 6 presos opositores y la MUD suspendió la sesión de la Asamblea Nacional donde se iba a tratar el juicio político al presidente y levantó también la movilización a Miraflores, prevista para el 3 de noviembre (Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López afirmó en una entrevista con Unión Radio, que la marcha quedó suspendida por petición de la embajada de EE UU).

El 10 de noviembre, Diosdado Cabello denunció que la oposición quiere convertir el diálogo en Ley de Amnistía ya que pretenden ahora la liberación de 140 personas que se encuentran privadas de libertad por haber cometido delitos tipificados por la justicia venezolana. Dijo también que la MUD pretende elecciones anticipadas y pidió a Francisco enviar una comitiva que colabore con el diálogo interno de la oposición, ya que cada quien quiere su pedacito de país y Venezuela decidió ser libre, soberana e independiente. Durante la entrega de la vivienda ¡un millón 200 mil! en el estado Trujillo, Maduro se expresó en el mismo sentido destacando que el pueblo sigue confiando en el proceso revolucionario impulsado por Chávez.

No hay nada definido y la elección de Donald Trump como presidente de los EE UU, suma un nuevo interrogante acerca de cuál será su política hacia Venezuela. El 11 de agosto de este año, en una entrevista para el Miami Herald, Trump elogió a Hugo Chávez: “Tenia sentimientos muy fuertes y representó a mucha gente que había sido dejada de lado”. Y respecto a la situación de Venezuela, dijo: “sus líderes no son muy amistosos con nuestros líderes, pero claro, nuestros líderes tampoco se llevan muy bien con muchas personas. Ciertamente, si podemos ayudar de alguna manera, deberíamos ayudar”. Claro que, con el devenir de la campaña, pragmático él y tratando de obtener el apoyo de los venezolanos opositores radicados en Miami, no ratificó esa idea.

Ahora el diálogo amenaza cortarse otra vez. La oposición dijo que terminaría el 11 de noviembre, lo que anticipa otra espiral de violencia y desestabilización, por lo que debe aumentar la solidaridad del pueblo argentino con Venezuela.

ELENA RIVERO

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