Liberación - Órgano de Prensa
Burócratas no quieren paro, las bases sí para el 30 de marzo
Desde hace varios meses que las corrientes sindicales más combativas, los delegados gremiales y los trabajadores que están sufriendo el ajuste y los despidos de Macri, exigen mayor firmeza al triunvirato de la CGT. En agosto, el Congreso de esa central obrera reunificada, había convocado a un paro nacional sin fecha, pero este mandato fue olímpicamente ignorado por Daer, Acuña y Schmid, que resolvieron “darle más tiempo” al gobierno nacional.
A siete meses de esa tregua, y con 249.143 despidos y suspensiones en los 15 meses de gobierno del PRO-Cambiemos, los laburantes dijeron ¡BASTA!
Fue en la movilización de la CGT del 7 de marzo, en el acto frente al Ministerio de la Producción, convocado para exigir al gobierno la reactivación económica y rechazar los despidos. Se esperaba que los dirigentes cegetistas convocaran al paro, pero no ambiguamente, sino poniéndole fecha concreta.
Una vez más, no lo hicieron y sus discursos fueron tibios y poco convincentes, porque esta dirigencia burocrática no tiene voluntad de lucha. Los trabajadores se hartaron y la bronca se hizo sentir: silbaron a los oradores, les gritaron “ponele fecha, la puta que te parió” y ocuparon el palco, con una vergonzosa huida de los jefes sindicales. No eran “doscientos tipos de izquierda y kirchneristas” como después dijo despreciativamente Pablo Moyano, adjunto de Camioneros. Aunque había, obviamente, trabajadores de esas tendencias, lo cierto es que la bronca vino de abajo, de las bases, que están que arden porque mientras el ajuste y los despidos golpean a las familias trabajadoras, los dirigentes siguen “esperando” una reactivación que no sucederá, porque el plan económico del macrismo es recesión, ajuste y endeudamiento.
La reacción de las bases no fue totalmente espontánea, pues hace rato que distintos sectores están luchando contra los ataques de los empresarios y el gobierno de los CEOs. La ocupación de la planta de AGR-Clarín, que despidió a 380 trabajadores y es silenciada por ese monopolio mediático y por la mayoría de la prensa, es una muestra de esa bronca. El paro docente y la extraordinaria movilización del día 6, no sólo en Buenos Aires, sino en muchas otras ciudades, también. Y a pesar de los ataques previos contra la lucha docente y contra el dirigente de Suteba, Roberto Baradel, la contundencia de la medida en todo el país, y los miles de docentes que marcharon, fue la digna respuesta.
El mensaje de los que ocuparon el palco el 7 de marzo es claro: los trabajadores y sectores populares afectados por el ajuste, van a salir a pelear “con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes”.
Por ello, tal como lo venimos planteando desde las ABC, el paro no va a venir de esa dirigencia burocrática y traidora, ni de los que oscilan entre el oportunismo y tibios reclamos, sino desde las bases.
Para concretar esa convocatoria, hay que promover asambleas en los sindicatos impulsando que se vote la medida de fuerza, y si la CGT sigue haciendo oídos sordos, además del repudio, hay que exigir a las CTAs (de Yasky y Micheli) y la Corriente Federal de Trabajadores que lo hagan, para el 30 de marzo, para derrotar los planes del macrismo.
Las suspensiones y despidos masivos de Atanor, General Motors y Sancor, para mencionar sólo tres ejemplos, son el botón de muestra de que la situación empeora, y no hay que esperar nada bueno de este gobierno de los monopolios.
Los tarifazos en el gas y energía, los aumentos escandalosos en los comestibles, transporte, útiles escolares, etc., generaron 1.5 millón de nuevos pobres, aún para quienes tienen un trabajo, porque el promedio de ingresos es de 12.000 pesos, por debajo de esa línea.
Esta situación está llevando a amplias capas de la población, vecinos autoconvocados, organizaciones barriales y de base, incluso sectores medios que se están empobreciendo y Pymes, a organizarse para resistir los tarifazos y otras medidas antipopulares del gobierno nacional y los provinciales. ¡En febrero la inflación fue del 2.5 por ciento!
A estos sectores que están resistiendo y luchando contra los ataques del gobierno, debe sumarlos la clase obrera, para hacer ya el paro nacional y avanzar