Aumentan las tarifas y con ello la inflación y la pobreza

El 18 de marzo el presidente Alberto Fernández, anunció a todo el país que comenzaba “la guerra a la inflación”. No generó demasiadas expectativas entre la población que no tiene confianza en sus palabras ni en la gestión de su gobierno. La inflación de marzo fue del 6,7%, la cifra más alta en los últimos 20 años. El índice de precios al consumidor subió en los 5 primeros meses de este año un 29,3%.

El jefe de Gabinete, Juan Manzur realizó una defensa de la gestión frente al Senado apuntando que las medidas tomadas son correctas y que los resultados ratifican las proyecciones planteadas en el acuerdo con el FMI que estipula un crecimiento entre 3,5 y 4,5 de la actividad económica para 2022. Y que por el momento no hay modificación de las metas. “Aseguró” que la inflación no es una meta en sí misma, sino una estimación que se hace como parte de las proyecciones de un programa económico y que de acuerdo a los analistas de mercado, la inflación a fines de 2022 se elevaría hasta 59,2 % interanual. Verso. Los economistas coinciden en que será de entre el 70 y 80 por ciento.

En el mismo sentido, el ministro Martín Guzmán justificó el aumento de tarifas, afirmando que el aumento autorizado en junio será el último de este año y se suma al primer aumento de marzo. El incremento será de de hasta 21,5 % en gas y de 17% para quienes perciban tarifa social. Aclaró que para el segmento que no percibe la tarifa social, pero que hoy no tiene capacidad económica para hacer frente al costo pleno de las tarifas, la actualización en todo el año es del 80% del Coeficiente de Variación Salarial de 2021, lo cual da un aumento de tarifas de 42,7 %, que también está por debajo de los aumentos de salarios.

Pero los elaborados y complejos discursos del gobierno, sus ministros y sus economistas no pueden ocultar lo que se percibe en los cada vez más menguados presupuestos de los y las trabajadoras que viven de su salario, y de los jubilados. El aumento de tarifas aumenta la inflación mensual porque incide en todos los rubros de la economía: la construcción, la elaboración de alimentos y bebidas, el transporte y demás servicios.

Como señala la Asamblea de la Pequeña y Mediana Empresa (Apyme): si bien la inflación resulta de múltiples factores lo que está pasando en el actual contexto se relaciona en gran medida con los constantes incrementos de precios derivados de aumentos en insumos básicos para la industria que atraviesan todas las cadenas de valor hasta llegar a los consumidores finales. Y esos aumentos los deciden los monopolios, casi a voluntad. Lo que el gobierno no dice es que sin ajuste no se puede cumplir con las metas de déficit primario del 2,5% PIB y que el aumento de las tarifas está dentro del acuerdo firmado con el FMI.

La realidad mata el relato oficial y revela las mentiras y el retroceso de este gobierno, que a pesar de la situación de los trabajadores registrados e informales, de los y las jubiladas, de las Pymes, de los pueblos originarios y demás sectores vulnerables, decidió pagar la odiosa y fraudulenta deuda externa, y firmar el acuerdo con el FMI.

Las estadísticas no muestran, o lo hacen parcialmente, las necesidades y urgencias de las familias que día a día pierden capacidad adquisitiva de los salarios y de los subsidios conque el gobierno trata de frenar el estallido social. Las movilizaciones y protestas en las calles de todo el país reclamando aumentos de salarios, jubilaciones y subsidios, exigiendo que se estabilicen los precios de los alimentos, que no suban las tarifas, los servicios y el transporte, etc, debieran ser un llamado de atención para que el gobierno cambie el rumbo de su gestión que no es ni nacional ni popular.

ELENA RIVERO