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Las cinco tareas que propone el PL para salir de la crisis

            Javier Milei prometió al mundo empresario que iba a bajar 90 por ciento los impuestos y en su visita a la Suciedad Rural reiteró su promesa de bajar las retenciones a las exportaciones agropecuarias en 2025. Por las dudas que alguien lo hubiera tomado literalmente, el entreguista Federico Sturzenegger se vio obligado a aclarar lo obvio: sería el 90 del número de impuestos, pero no así el 90 por ciento de la recaudación. Se sabe que los famosos 155 impuestos demonizados hace tiempo por la cavallista Fundación Mediterránea, en realidad son mucho menos pues la mayoría son tasas y contribuciones. Y del total de impuestos, sólo 10 de ellos suponen el 98 por ciento de la recaudación, comenzando por el IVA, que pagan todos los argentinos, sin importar su capacidad adquisitiva, con el 21 por ciento sobre el precio del producto. Los 10 son IVA, Ganancias (a los Ingresos), contribuciones patronales, aportes personales, crédito y débito, impuesto PAIS, derechos de exportación, derechos de importación, internos coparticipados y Bienes Personales.

            Ese par de ejemplos ilustra la contradicción flagrante: impuestos que pagan todos por igual, como el IVA, siguen igual, y retenciones a las exportaciones van a bajar, beneficiando sólo a los grandes productores y oligarcas como los miembros de la Suciedad Rural, Cargill, Molinos, Bunge-Viterra, Aceitera General Deheza, etc.

            Otra contradicción es que los trabajadores que cobran un salario de más de 1,9 millones de pesos mensuales deben pagar, como parte de la Categoría 4 de ese impuesto a las ganancias, a pesar que el salario no es ganancia. En cambio a los fugadores de capitales les habilitaron un blanqueo de divisas sin preguntar nada y hasta 100.000 dólares no pagaron ninguna alícuota. Superando ese monto sólo pagan 5 por ciento. Y como dice Chequeado.com “el contribuyente que ingresó al blanqueo puede invertir sus bienes en casi todos los activos bursátiles disponibles en el país y disponer de esos fondos a partir del 1º de enero de 2026 libremente sin pagar impuestos”.

            Así beneficia el gobierno del facho seudo libertario a sus amigos fugadores de capital y demás monopolios, banqueros, mineros, petroleros y agroexportadores que siguen multiplicando sus fortunas. La revista Forbes Argentina publicó la lista de los multimillonarios argentinos, encabezada por Marcos Galperín, con 8.500 millones de dólares, el mismo que se radicó en Uruguay para no pagar impuestos acá. Los primeros diez del ranking son: Galperín, US$ 8,500 millones. Hugo Sigman y Silvia Gold, US$ 6,300 millones. Alejandro Pedro Bulgheroni, US$ 5,100 millones. Luis Pérez Companc y familia, US$ 4,200 millones. Paolo Rocca, US$ 4,100 millones. Eduardo Eurnekian, US$ 3,500 millones. Ricardo Luis Rey Rodríguez y familia, US$ 3,100 millones. Lodovico Andrea Palú Rocca y familia, US$ 2,700 millones. Alberto y Pablo Roemmers, US$ 2,400 millones. Roberto Daniel Urquía, US$ 1,800 millones.

            Este lote de privilegiados tiene en total 78.000 millones de dólares, que equivalen al 12,1 por ciento del PBI del país. La deducción lógica, pero lamentablemente solo sostenida por el PL y la izquierda antiimperialista, es que si el país necesita fondos, como es el caso, deben imponerse impuestos a estas grandes fortunas, de forma anual (y no por única vez), con un porcentaje significativo y cuyo monto destinado a mejorar salarios  y jubilaciones, obras de vivienda y presupuestos de Salud, Educación y otros objetivos sociales.

            En cambio la motosierra de Milei ni siquiera roza ni hace ruido cerca de estos conglomerados empresariales; al contrario, les otorga más negocios y les baja impuestos. Nosotros estamos en las antípodas. ¡Por un fuerte impuesto anual a las grandes fortunas!

NO PAGAR LA DEUDA EXTERNA

            El gran impuesto que pesa sobre los argentinos es el pago de la deuda externa, que el año próximo exigirá el giro de 23.000 millones de dólares (ver nota aparte). Ahora hacen críticas algunos que se hicieron bien los otarios en marzo del 2022, cuando el gobierno del Frente de Todos legalizó esa deuda fraudulenta mediante el acuerdo con el FMI. Es el caso de Cristina Fernández de Kirchner, que al asumir la presidencia del PJ en la UMET expresó: “Jamás deberíamos haber aceptado firmar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en las condiciones que se hicieron. Fue fatal para nuestro gobierno”. Tarde piaste Cristina. La izquierda te lo dijo en ese momento y vos hiciste oídos sordos, con mayoría de kirchneristas absteniéndose en Diputados en la sesión de 2022.

            Las medidas necesarias para salir de la crisis en que nos hundió Milei (hundimiento que, como quedó dicho, venía del gobierno anterior peronista) demandan la suspensión de pagos de la deuda externa y el impuesto a las grandes fortunas, pero también avanzar sobre los sectores monopólicos que se han visto favorecidos en todos estos años.

            Según el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) que dirige Claudio Lozano, el Banco Santander aumentó sus ganancias netas un 427 por ciento. La alimenticia Arcor de la familia Pagani mejoró su resultado neto 624 por ciento. YPF y Tecpetrol (de Techint) incrementaron sus ganancias en 3.000 por ciento y 780 por ciento respectivamente. Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, ganó un 277 por ciento. Y Central Puerto –de las familias Bemberg, Escasany, Reca y Ruete Aguirre– un 749 por ciento. Los ejemplos por el estilo son más numerosos.

            Por eso el PL ratifica que para salir de la pobreza y miseria hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior, viejos objetivos planteados ya en los congresos obreros de La Falda (1957), Huerta Grande (1962), CGT de los Argentinos (1968) y Sitrac-Sitram (1971). Y en vista de las actuales ganancias extraordinarias del sector petrolero, gasífero y eléctrico, con tarifazos y subsidios que vienen pagando los usuarios, también es imprescindible estatizar el sector energético. Hay que hacer de YPF  una empresa estatal en el 100 por ciento, no como ahora que es estatal sólo 51, está bajo la dirección de Techint-Tecpetrol y con las provincias no petroleras afuera, entregando a las multinacionales todas las áreas de Vaca Muerta.

            Las líneas divisorias están claramente marcadas, frente a Milei.

            Cristina convocó al Partido Justicialista “a desarrollar cinco tareas: formar, informar, planificar, divulgar y organizar”. Cero lucha. Cero programa antimonopolista. Cero Frente. La orientación del PL, en cambio, tiene otras cinco tareas: Luchar, No pagar la deuda externa, Estatizar renglones esenciales de la economía, Romper con los traidores que anidan en la CGT, el Congreso y las gobernaciones; y Formar un Frente Antiimperialista y Antifascista.

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