Juventud
Un político funcional a la embajada estadounidense y los grupos monopólicos
EL PRONTUARIO DE SERGIO MASSA
Desde el 3 de agosto de 2022 Sergio Tomás Massa es el súper ministro de Economía y lleva las riendas del plan de ajuste del cogobierno entre el Frente de Todos y el FMI. Está perjudicando una vez más a nuestro pueblo y las mayorías. Sus canalladas y perjuicios a la gente deben ser denunciados, para que se tenga más conciencia de los mismos y se salga con más fuerza a enfrentarlos. Eso, a diferencia del gobierno, incluso los cristinistas, que lo apoyan como algo positivo o a lo sumo como mal menor.
Hay gente que no conoce bien al personaje. Por eso es pertinente recordar de dónde viene y sus cagadas de los últimos años. También en este plano político se impone la Memoria, como preconizan los organismos de DD HH.
Massa empezó su militancia en el partido de derecha Unión del Centro Democrático (UCEDE) del ingeniero Álvaro Alsogaray, un gorila y golpista histórico. Llegó a presidir la Juventud Liberal en la Provincia de Buenos Aires entre 1994 y 1996. Ese sector se unió al Partido Justicialista en tiempos de Carlos Menem, a mediados de los ‘90, y Massa terminó muy contento adentro del menemo-cavallismo.
En 2002 su suegro Fernando Galmarini lo ubicó, por su vínculo con Eduardo Duhalde, en la Anses, que llegó a presidir hasta 2007. En 2009 juzgó alocada la propuesta de Amado Boudou de estatizar las AFJP (Administradoras de Fondos de Jubilación Privadas); en cambio Kirchner y Cristina la hicieron suya, con gran suceso.
Massa ascendió a la jefatura de Gabinete en 2008, cuando el que la ocupaba, un tal Alberto Fernández, vocero de Clarín, se retiró indignado por el conflicto con las patronales sojeras entre marzo y julio de ese año.
Estuvo poco tiempo al frente del Gabinete porque al año siguiente, 2009, renunció y volvió a la intendencia de Tigre, para preparar su desembarco como líder “renovador” en la provincia de Buenos Aires. Lo hizo en 2013, rompiendo con el Frente para la Victoria y presentando su lista junto con lo más derechista y empresarial: el titular de la Unión Industrial, José I. De Mendiguren; el empresario Francisco de Narváez, los duhaldistas Felipe Solá y Graciela Caamaño, etc.
Tocó el cielo con las manos porque su lista en 2013 obtuvo el 44 por ciento de los votos en Buenos Aires. Fue la más votada en ese distrito. Así se convirtió en diputado nacional y aspirante presidencial para los comicios de dos años más tarde.
Hombre de la Embassy
Cuando en 2009 estaba en trámites de renunciar al gobierno nacional, este político y su mujer, Malena Galmarini, visitaban a la embajada yanqui y se reunían con la embajadora Vilma Socorro Martínez. En su libro ArgenLeaks, Santiago O’Donnell, replica cables difundidos por WikiLeaks de Julian Assange, donde la legación diplomática informaba al Departamento de Estado de esas y otras visitas. En reportaje con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9), en agosto de 2022, O’Donnell comentaba: “cuando Massa se retira del Gobierno, le dijo durante un almuerzo a la embajadora de Estados Unidos, que Néstor es un cobarde, psicópata y enfermo y que Cristina, en 2011 cuando gana con el 54%, tenía cero posibilidades de ganar”. El cable informó: “Malena Galmarini le hacía muecas a Massa para que dejara de criticar con tanta vehemencia a Néstor y Cristina”. Esa data se conoció en 2010 y Massa mintió: dijo que había ido a la embajada a tramitar una visa…
Desde entonces el de Tigre fue un político “todo servicio” para USA. Reforzó sus acuerdos entre el municipio y la empresa-think thank “Manhattan Institute” del comisionado policial William Bratton y el ex alcalde republicano neoyorquino Rudolph Giuliani. Esa línea represiva tenía acá representantes como el “ingeniero” Juan C. Blumberg, los gobernadores Jorge Sobisch y José M. De la Sota, e intendentes como Massa. Para ese Instituto, los chicos limpiavidrios de Córdoba eran “terroristas”, según dijeron en una visita a esa ciudad durante el delasotismo.
Massa es un político sin principios. En relación al imperio le da lo mismo reportarse a republicanos como Giuliani y Mauricio Claver-Carone, o a demócratas como Juan González y Jake Sullivan, asesor de Seguridad de Joe Biden. No le importa si está Vilma Martínez o el actual embajador Marc Stanley: son los mismos intereses a los cuales servir y capitalizarse.
Por eso el súper ministro asumió el 3 de agosto y el 7 ya estaba visitando a Stanley en su residencia de Palermo. Ese mes fue prolífico en reuniones con lo más granado del mundo empresarial ligado a Washington. Se vio con los popes del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), el Council of Americas y la AmCham (American Chambers o Cámara de Comercio Americana), que hicieron sus reuniones en el Alvear Palace y otros sitios top de Ciudad de Buenos Aires.
Para tener una idea de AmCham, citamos a Clarín (9/8/2022): “cobija en un 44% a empresas de EE.UU. y el resto de otros países. Sumados, sus asociados representan el 19% del PBI, emplean a 450 mil personas y contribuyen con el 39% de la recaudación. EE.UU. es el principal inversor extranjero en el país. Y dado el grado de transnacionalización de la economía local, AmCham de Argentina es la mayor de toda la región”.
El primer viaje al exterior de Massa fue a su metrópoli, en septiembre. Además de sus reuniones con la titular del Tesoro, Janet Yellen, y del FMI, Kristalina Georgieva, se vio con el director gerente del Banco Mundial y el vice de la Corporación Financiera Internacional. Luego tuvo entrevistas con Whirlpool Corporativo, LIVENT, Río Tinto y Proyecto Rincón. Viajó hasta Houston para pedir inversiones de las petroleras y gasíferas. Allí habló en el Centro de Estudios Energéticos del Baker Institute, con empresas interesadas en Vaca Muerta: Chevron, Shell, Exxon, Total, BP, Pan American Energy, Axion, Vista Oil, etc.
Sus diálogos aumentaron con otras multis como Akin Gump Strauss Hauer & Feld LLP, Bayer, Bristol Myers Squibb, Cargill, Chevron, Citi, DHL, Dow Chemical, Excelerate Energy, General Motors, Gilead Sciences, HSBC, John Deere, Merck & Co., Inc. Metlife, Pfizer Inc., Google y Procter & Gamble y Spotify.
En la Casa Blanca se reunió con Sullivan y su amigo González, al que esta vez no le regaló una camiseta de Tigre. Ya debe tener una docena…
Proyanqui por donde se lo mire
El jefe del Frente Renovador no se disfraza de “progresista” como sus dos socios del Frente de Todos. Es proyanqui, de punta a punta.
Lo ha mostrado con su plan económico, que es el del FMI. Se ganó los elogios de Georgieva tras su cita el 12 de septiembre pasado: “felicité al Ministro Massa por su nombramiento y su cartera ampliada, y por los fuertes pasos que él y su equipo económico han tomado para estabilizar los mercados y revertir un escenario de alta volatilidad. El Ministro expresó su clara intención en movilizar el apoyo externo, acentuar esfuerzos para estabilizar la economía y garantizar un crecimiento sustentable con inclusión, bajo los principios de orden fiscal y el fortalecimiento de las reservas”.
La búlgara agregó: “recibí con beneplácito su fuerte compromiso e impulso para lograr las metas del programa—que se mantendrán sin ser alteradas–y los concluyentes avances logrados en áreas fundamentales”.
La entidad ni siquiera aceptó días atrás eliminar los sobrecargos de intereses anuales de mil millones de dólares, desoyendo el pedido de sus súbditos del FDT.
Otra forma de medir sus genuflexiones es la política regional. Massa es un enemigo del gobierno bolivariano de Venezuela. En mayo de 2020, en medio de la campaña internacional imperial contra Nicolás Maduro, el todavía presidente de la Cámara de Diputados declaró: “Venezuela tiene la condena que tiene y tiene el informe de Bachelet centralmente porque no cumplió con los derechos humanos”. En diálogo con A24, sostuvo: “sin dudas en Venezuela hay una dictadura; un gobierno que detiene estudiantes que reclaman es un gobierno que no respeta la democracia”. “Lo dije una y mil veces, y no voy a cambiar de opinión”, agregó.
Massa presidió Diputados entre 2019 y agosto de 2022, sin darle tratamiento al proyecto de reforma judicial y el de investigar la fuga de capitales. Desde entonces decide en Economía y otras áreas de gobierno, como Transporte, AySA, Indec, presidencia de Diputados, etc, perfilándose como candidato presidencial en 2023, sobre todo luego del renunciamiento de Cristina y el fracaso estruendoso de Fernández. AF en tres oportunidades declaró que “Sergio es el que más se ha preparado para ser presidente, él va a tener su oportunidad”.
Sería nefasto que sea el presidenciable del peronismo. No es diferente del macrismo y Juntos por el Cambio, si se toma en cuenta su plan de ajuste y pago de la deuda legada por Macri. Y hay otros antecedentes que los emparentan. En enero de 2016 Macri fue acompañado de Massa al Foro Económico de Davos. En abril de ese año Macri pagó 9.300 millones de dólares a los “fondos buitres” con pleno acuerdo de Massa. La bancada renovadora, con el de Tigre en la banca hasta 2017, le votó a Cambiemos hasta 2019 más de 180 leyes.
Si de campañas massistas se trata, hay que refrescar cosas que dijo el 1 de mayo de 2015 en el acto en Estadio de Vélez, cuando lanzó su candidatura: “voy a ser Presidente porque me da asco la corrupción. Los voy a meter presos, yo no les tengo miedo”. Se refería a Cristina. Agregó: “Están tomando el control del Estado. Están poniendo a Fulano, a Mengano. Yo voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora que nos quieren dejar como parásitos en el Estado”.
Sostenerlo hoy como súper ministro y considerarlo presidenciable para 2023 es un suicidio político y una capitulación ante el imperio y los monopolios. Desde el Partido de la Liberación (PL) seguimos denunciándolo. Con Massa no vamos ni a la esquina.
SERGIO ORTIZ