Liberación - Órgano de Prensa
El prontuario de María Eugenia Vidal
La gobernadora de Buenos Aires era la candidata con mejor imagen de Cambiemos, al punto que era la figura de recambio ante la caída en la imagen de Mauricio Macri, a través del “plan V”, que finalmente no fue. Sin embargo, en las elecciones PASO fue derrotada por Axel Kiciloff por un amplio margen: 52% a 34%.
Vidal había logrado en 2015 lo que nadie hubiera creído: ganar en la provincia gobernada durante 28 años por el peronismo. Lo hizo recorriendo el territorio, montada en campañas mentirosas y un poderoso apoyo de los medios hegemónicos, que ansiaban la derrota del kirchnerismo, por haberse atrevido a ponerle límites a través de la Ley de Medios.
La acusación contra el candidato del Frente para la Victoria en 2015, Aníbal Fernández, de estar involucrado en el triple crimen de General Rodríguez y el negocio de la efedrina, fue clave para la gobernadora. El año pasado, durante el juicio oral que se llevó a cabo ante el Tribunal Oral en lo Criminal N.º 1 de La Plata, Martín Lanatta confesó que mintió en la entrevista que le hizo el periodista Jorge Lanata en Periodismo Para Todos (PPT), pocos meses antes de las elecciones de octubre de 2015.
Aníbal Fernández denunció esa maniobra, pero nadie le creyó. La “fake news” llevada adelante por el multimedio Clarín fue muy poderosa, tanto como la que construyeron alrededor de una “hada buena” que venía a poner fin a “las mafias”.
Vidal fue parte de la mafia del PAMI, como Asesora del entonces interventor Horacio Rodríguez Larreta en el gobierno de la Alianza (1999-2001), cuando el 29 de julio de 2000, el Dr. René Favaloro se suicidó por no poder soportar la crisis económica que afectaba a su Fundación, entre otras causas, por la enorme deuda que no le pagaban las obras sociales. En una de las cartas que dejó, el cirujano denunciaba que “… el PAMI tiene una vieja deuda con nosotros (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente)”.
La protección mediática le permitió a Vidal sortear el escándalo de los aportantes truchos, que se descubrió gracias a la investigación del periodista de “El Destape”, Juan Amorim. Se trataba del financiamiento de la campaña electoral en la provincia en 2017, a través de miles de aportantes, que no eran tales, pero que figuraban así en las declaraciones juradas del PRO-Cambiemos. Habían sido sacados del listado de beneficiarios de planes sociales. También había militantes y dirigentes del PRO, pero que luego afirmaron no haber aportado suma alguna.
La investigación penal no tuvo la cobertura que los medios hegemónicos suelen darle a las causas contra exfuncionarios kirchneristas. En ninguno de los raids televisivos que hizo Vidal en esta previa a las PASO, se le preguntó nada sobre esa causa. Tampoco respondió a los 135 pedidos que hizo la Legislatura bonaerense para que diera explicaciones sobre el caso.
Pero como nadie puede engañar mucho tiempo a mucha gente, los discursos entrenados por Durán Barba para parecer preocupada por los problemas de la gente, no dieron los resultados esperados.
Uno de los sectores más enfrentados con Vidal fueron los docentes, que protagonizaron prolongados conflictos por aumento salarial y el estado calamitoso de los edificios escolares. La gobernadora arremetió contra los maestros y en particular contra el secretario general del Suteba: Roby Baradel, a quien los medios se han encargado de demonizar como el responsable de todos los males de la educación pública.
La muerte de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez por un escape de gas en la Escuela Nº 49 de Moreno, fue consecuencia de la falta de presupuesto y de atención a la escuela pública por parte de su gobierno. Cuando ocurrió ese desgraciado suceso, Vidal no habló, no presentó condolencias a la familia ni a sus compañeros de trabajo, demostrando la falsedad de su imagen bondadosa. Aquella expresión suya, de que “los pobres no llegan a la Universidad” no fue un exabrupto, expresa su real pensamiento.
Pero aún con el poderoso aparato que la protegió, y las mentiras que rodearon su gestión, Vidal perdió con un candidato que le disputó el territorio y el trato directo con la gente, y a quien los medios no pudieron encontrarle ninguna “mancha” como las que le ocultan a la gobernadora.