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Después del paro, seguir en las calles, contra el ajuste y el hambre

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El paro del 29 de mayo tuvo un alto acatamiento en todo el país, reflejo del amplio repudio de la clase trabajadora y sectores populares al gobierno de Cambiemos. La CGT convocó al paro, más por las presiones de las bases y del sector sindical que había convocado a las jornadas del 4 y el 30 de abril, pero no llamó a movilizar. Sí lo hicieron el Frente Sindical de los Moyano, las CTAs y los movimientos sociales, con una gran concentración en Buenos Aires, en el Obelisco, y similares actos en otras ciudades.

En Córdoba, hubo también un buen acto, convocado por la CGT Rodríguez Peña, con participación de dirigentes nacionales en conmemoración de los 50 años de la gesta del Cordobazo (ver aparte).

Mauricio Macri, impotente para impedir la huelga en rechazo a sus políticas de ajuste y endeudamiento, criticó la medida. Dijo que se habían perdido “40.000 millones de pesos” por el paro. A confesión de parte, relevo de prueba, ya que ese dato, lejos de devaluar la justa medida de fuerza, pone sobre la mesa a cuánto asciende diariamente la riqueza que producen los trabajadores, y como contrapartida, quiénes se quedan con el fruto de ese trabajo.

El constante deterioro del poder adquisitivo de los salarios, la inflación que golpea con dureza los hogares más humildes, la pobreza que afecta a más de la mitad de la infancia, los tarifazos, etc., son una realidad incontrastable.

ELECCIONES O LA CALLE

En los discursos de los dirigentes que hablaron en el acto frente al Obelisco, hubo coincidencia en criticar al gobierno y sus políticas de ajuste y endeudamiento. Pero la mayoría de los oradores se refirió a la “salida” en clave electoral, o sea, que hay que derrotar a Macri en octubre para que se vayan en diciembre.

Sin embargo, hasta el dirigente de las 62 organizaciones Peronistas, al hablar en el acto en Córdoba, reconoció que a Macri “habría que haberlo echado con un Cordobazo”, sin esperar a diciembre. Y a eso apuntan las Agrupaciones de Base Clasistas (ABC) cuando decimos que la tarea principal del movimiento obrero debe ser la de profundizar las luchas y la movilización para derrotar al gobierno AHORA, sin esperar a octubre, porque el pueblo ya no aguanta más el ajuste. Cada día que gobierna Macri son más jubilados que no pueden comprar medicamentos, más compatriotas durmiendo en las calles, más trabajadores despedidos, más niños sumidos en el hambre.

Por ello, es necesario que desde el movimiento obrero se impulse un Plan de Lucha, para derrotar a este gobierno “de ricos y para ricos”, de gerentes de los monopolios.

En el boletín de las ABC de mayo, decíamos que, según datos del Indec, la pobreza alcanzaba en abril a 13,6 millones de argentinos; y que el desempleo trepó al 9,9 %, con despidos en Coca Cola, Ingenio San Juan, El Tabacal y Ledesma, Sancor, Estancia del Rosario, La Parmesana, Metalopar, Electro Vic y Pilkington, Agrest, VF Corporation, Sportech, Confecciones Riojanas, Color Pool, Badisur, La Mar y Estampados Rotativos; Eskabe, Briket, Electrolux, Bambi, etc. ¡En abril una familia necesitaba un ingreso de 28.750 pesos para no caer en la pobreza; y en mayo 30.800 pesos! Con un salario promedio de 18.000 pesos, la conclusión es que la mayoría de quienes tienen trabajo están bajo la línea de pobreza.

En estos días de cierres de alianzas y listas para las elecciones, los reclamos de los trabajadores y sectores populares parecen estar lejos de la dirigencia política. Ello no debería ser así, pero hasta los dirigentes sindicales están más preocupados por ocupar lugares en esas listas, que en movilizar y luchar para evitar la creciente ola de despidos. Centenares de empresas que entran en convocatoria de acreedores como Ribeiro (electrodomésticos), o en quiebra, mientras siguen las suspensiones en las automotrices, despiden choferes en Corrientes, y cierran 28.000 kioscos en menos de 2 años.

Las ABC nos negamos a que el movimiento obrero abandone la lucha en las calles. Más que nunca debemos seguir movilizados para que nuestros reclamos sean incluidos en los programas (hasta ahora bastante ausentes) de los candidatos.

Hay que seguir exigiendo a las centrales obreras un Plan de Lucha con medidas de acción, como paros y jornadas de movilización por aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales; congelamiento de precios, tarifas y medicamentos; ni un despido más ni una fábrica menos; en vez de pagar la deuda con el FMI hay que atender la deuda social interna: ¡ningún niño más bajo la línea de pobreza!

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