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El brutal ajuste del Estado de Macri

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El gobierno hace propio el programa de la dictadura, sintetizado en la frase del Ministro de Economía de la Dictadura, José Martínez de Hoz: “achicar el Estado es agrandar la Nación”.

En el marco del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno inició una nueva ola de despidos y se prevé que se profundicen en los próximos meses.

Hasta julio de este año, sólo en las empresas estatales se computaban 4.500 despidos. Una mirada a las entidades que más sufrieron el achicamiento revela la intención del gobierno de amputar responsabilidades, en línea con su defensa a ultranza de las grandes ganancias y la desregulación como motores del desarrollo económico, a espaldas de las consecuencias que efectivamente trajeron para la población ese tipo de medidas cada vez que fueron adoptadas.

Un informe de CEPA releva los puestos de trabajo perdidos en distintas empresas hasta mayo pasado, siendo las más afectadas FADEA, Radio y Televisión Argentina,  Yacimientos Carboníferos Río Turbio y Fabricaciones Militares; sólo entre esas entidades despidieron a más de 2.000 trabajadores, con la Fábrica de Aviones a la cabeza con 680.

Esos datos son anteriores a la nueva tanda

En paralelo al desguace, comunicadores y trolls intentan desprestigiar la labor de los trabajadores, asociándolos a la ineficiencia, tal como se hizo en la dictadura o el menemismo.

Detrás del achicamiento de FADEA está la decisión de resignar el rol de esa empresa para la soberanía, lo que tiene su correlato en la cancelación de proyectos en marcha (como se cuenta en un número anterior). Así, el gobierno prefiere comprar materiales a empresas extranjeras, en lugar de apuntalar la producción nacional que redundaría en favor de la soberanía e impulsaría la economía local.

La destrucción de los medios públicos implica resignar medios de comunicación que pueden sostener visiones que no se sustenten en los intereses de los monopolios mediáticos; por eso avanzó contra Radio Nacional, la TV Pública, Paka Paka, Canal Encuentro, etc. El despido de más del 40% de la planta de Télam, agencia pública nacida por la necesidad de contar con un medio que rompa el cerco que imponían las agencias noticiosas norteamericanas (Associated Press y United Press International). Además, los trabajadores de estos medios sufren el incumplimiento de las paritarias, con sueldos deprimidos y condiciones de trabajo cada vez peores.

En la administración pública, los despidos -a veces bajo la forma de “no renovación de contratos”- también se dirigieron especialmente hacia Agroindustria, especialmente el INTI, INTA, SENASA y Agricultura Familiar.

El INTI, por ejemplo, es un organismo orientado a la promoción de tecnología industrial -en particular, en apoyo a las PyMEs-, y tiene a su cargo certificaciones y control de calidad de productos. Algunas de estas tareas fueron pasadas a instituciones privadas, como el control de ascensores, pilas y baterías. El Estado se desentiende de la revisión de que diversos productos se adecuen a normativas de calidad y de seguridad.

La Subsecretaría de Agricultura Familiar tiene entre sus tareas apoyar a un sector que es responsable de la producción de alimentos para gran parte de la población, a la vez de brindar ayuda a comunidades indígenas y campesinas. El gobierno prefiere que la producción agrícola y agroindustrial se rija por objetivos de lucro, de sectores de la oligarquía que lo apoyan.

Ahora, en el marco del compromiso con el FMI, buscan profundizar el ajuste, bajo la premisa de reducir el déficit fiscal. En ese marco, dispusieron un profundo reordenamiento en el gabinete que no ayudará mucho al supuesto “ahorro” pero pondrá en riesgo a una gran cantidad de trabajadores.

Trascendió el texto de un decreto preparado por el gobierno por el que se darán de baja los entes cooperadores, con los cuales los organismos descentralizados del Estado mantienen convenios. Esa decisión provocaría la pérdida de 10.000 puestos de trabajo.

La defensa de estos puestos de trabajo significa también la pelea por un Estado al servicio de las mayorías, todo lo contrario al de hoy.

MARÍA ALANIZ

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