Liberación - Órgano de Prensa
Al paro contra el ajuste y el FMI
Después que Macri vetara la ley que congelaba los tarifazos a noviembre de 2017 y en el medio del retorno al Fondo Monetario Internacional impulsado por el gobierno del PRO-Cambiemos, las dos CTA (Yasky y Micheli) le pusieron fecha al paro nacional para el 14 de junio, con movilización a Plaza de Mayo y plazas de todo el país. El triunvirato de la CGT, mientras tanto, se reunía en la Rosada para debatir un posible acuerdo con el gobierno.
Al paro del 14, denominado “La dignidad no se negocia”, se sumaron Camioneros -en medio de su conflicto por reapertura de la paritaria- y las organizaciones sociales del Frente Milagro Sala, CTEP, CCC, Barrios de Pie y otras. Los que quedaron descolgados fueron los gremios de la CTA Perón (“Cachorro” Godoy) que convocaron a otro paro en forma aislada.
La CGT y los gremios conciliadores con el gobierno habían recibido un “estímulo” de más de cuatro mil millones de pesos de pagos atrasados a las obras sociales, para que el 14 no adhirieran. Pero ante la negativa de concederles dos pedidos: que el medio aguinaldo de junio no pague Ganancias, y un pacto antidespidos con el empresariado, la reunión prevista para el día 12 se suspendió y el triunvirato anunció ese mismo día un paro sin movilización para el 25 de junio.
Al pedido de reapertura de las paritarias que las dirigencias burocráticas cerraron al 12 o 15 por ciento, el gobierno nacional respondió con la posibilidad de dar un aumento extra del 5%, para el sector privado y sujeto a la negociación sectorial, que está lejos de llegar al 27% de inflación que por ahora se calcula para este año.
Aunque tuvieron que convocar al paro, estos dirigentes conciliadores lo hacen en una fecha distinta a la de las CTAs y sin movilización, confirmando que siguen siendo funcionales al gobierno del PRO-Cambiemos, aunque tienen que receptar las presiones de las bases porque crece el descontento por las medidas de ajuste. Aun así, siguen jugando a la división y desmovilización.
Es que, si no convocaban al paro, los trabajadores no le iban a perdonar una nueva agachada en un contexto de inflación desmedida, que hace que los salarios queden destruidos frente a una escalada de precios que se nota semana a semana en las góndolas y coloca a los sectores populares en situación desesperante. Además, la ola de despidos se sigue desarrollando tanto en el ámbito púbico como en el privado, destruyendo a su paso las economías regionales y empujando a la pobreza a los trabajadores y sus familias.
El paro era más que necesario porque en estas semanas el gobierno vino acordando la vuelta del FMI, con un ajuste que demuestra que sigue siendo el mismo organismo expoliador de los pueblos, como lo fue siempre. Así se profundiza el endeudamiento récord del gobierno de Mauricio Macri, en el marco de quitar impuestos a los sectores más concentrados de la economía e incentivar la bicicleta financiera y la fuga de capitales. Mientras Macri hipoteca el país, el triunvirato se sentaba en la Rosada a mendigar cuatro o cinco puntos, insignificantes en este contexto. Por eso no les quedó más remedio que convocar a este paro dominguero, para descomprimir y lavarse la cara tan sucia…
Las Agrupaciones de Base Clasista venimos planteando la necesidad de un Paro General que muestre y potencie la bronca de la clase trabajadora y el pueblo, e insistimos en la necesidad de un Plan de Lucha Nacional que unifique y dé continuidad a las peleas que se vienen dando a lo largo y ancho del país. A la vez, proponemos un programa que empiece por la defensa de los derechos laborales y sociales, el salario, el control de la inflación, la defensa de los puestos de trabajo, las viviendas populares, la tierra para los que la trabajan, etc. Y que avance en un sentido antiimperialista con la reindustrialización de nuestro país y en el control estatal de resortes importantes como son el sector energético, la banca, la siderurgia y el comercio exterior.
Las ABC, que se reunieron en Córdoba el pasado 25 de mayo, planteamos la recuperación de nuestra historia como clase y como pueblo, siguiendo las mejores tradiciones y experiencias para construir la Unidad combativa que necesitamos los trabajadores. Es fundamental la articulación y coordinación de todas las fuerzas que estén dispuestas a luchar contra las políticas de este gobierno y contra los mandatos que el FMI tiene para nuestra Patria.
Por eso este 14 de junio hay que parar, ganar las calles y rebalsar de pueblo las plazas de todo el país. Y para el 25 presionar para que no sea un paro matero, de “fin de semana largo”, sino una nueva jornada de lucha contra el ajuste y la represión de Macri y sus gerentes.