SÍGANOS EN

Vidas y Luchas de VC - Tomo 1

7. La valoración del Che Guevara

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La postura inicial de los compañeros de VC sobre el Che Guevara contenía varias consideraciones incorrectas. Los dirigentes que las sostuvieron, en su mayoría, fueron desaparecidos por la dictadura militar y quizás hubieran coincidido ahora con algunos de los yerros que se señalarán. Con el respeto a sus ideas se encara este necesario análisis que puede aportar a la construcción de una teoría revolucionaria aplicable a la realidad argentina en uno de sus puntos cruciales.  

En primer lugar debe destacarse que Vanguardia Comunista reivindicó los aportes positivos que constituyeron a Ernesto Che Guevara en un revolucionario y patriota de las dimensiones de José de San Martín, Simón Bolívar y Augusto C. Sandino.  

Así subrayaron el antiimperialismo del Che, su entrega revolucionaria planteando la vía armada para la toma del poder, su internacionalismo de luchar donde quiera que hubiera que enfrentar al imperialismo, su combate al reformismo y a las posturas revisionistas encarnadas por los partidos comunistas oficiales de su época, y su camino desinteresado de raigambre humanista pregonando la construcción del hombre nuevo y la importancia de la conciencia revolucionaria en la cimentación del socialismo.  

Convendría acotar que en la época de estos documentos de V.C. (1), no era posible conseguir y rastrear todas las posturas del Che sobre la situación de Cuba, del mundo, y de la lucha revolucionaria. Valga esto como excusa para los camaradas de entonces que no pudieron revisar el conjunto de la producción del Che que ahora sí se puede consultar en sus obras completas.

Igualmente, debe ahondarse sobre los aspectos negativos que consideraron los compañeros acerca del Che, referidos a su supuesto origen no proletario revolucionario, su centrismo en la relación a la lucha contra los revisionistas y las concesiones que les habría hecho, el camino militarista/foquista para los procesos de lucha en América Latina y su postura también aparentemente partidaria de la revolución socialista sin etapas al estilo del trotskismo.  

Saldar la línea teórica sobre el accionar, las ideas y la vida del Che Guevara adquiere relevancia fundamental, sobre todo en este continente y el país donde él mismo se formara. Debemos entonces profundizar y, en algunos casos, superar algunos de estos cuestionamientos.  

Su supuesto origen no proletario ni marxista leninista. La definición del sector al que pertenece una persona no está ligado a la familia o grupo de origen del que proviene, sino a la ideología que adoptó y el rol que jugó en el medio que le tocó desarrollarse. En este sentido fue incorrecto enrostrarle esta crítica que está desmentida rotundamente en esos dos aspectos, en los que el Che se destaca, tal como lo reconocieron los camaradas, por luchar por la revolución socialista en Cuba y la liberación nacional y social en el resto del mundo y América Latina, enfrentando al enemigo imperialista yanqui y sus lacayos hasta la muerte. Además, los múltiples aportes teóricos y prácticos que hizo en su lucha revolucionaria antes y durante su permanencia en el poder, rechaza de plano cualquier sospecha acerca de su genuina raigambre comunista y revolucionaria junto con los proletarios y pobres del mundo. Tan es así que la propia CIA los tenía bien catalogados a él y a Raúl Castro como los marxistas y de izquierda dentro del Movimiento 26 de Julio (2). El propio Che explica que cuando de entrada se planteó dentro de las filas de ese movimiento la disputa sobre qué programa llevaría adelante el gobierno revolucionario en caso de triunfar, se alineó firmemente en la idea de que fueran cambios de fondo.  

Sobre el “centrismo” respecto a la Unión Soviética y los partidos revisionistas, en la disputa que aquélla entablara con la República Popular China, que además contenía el descontento por no haber aceptado que el P.C. Chino era la vanguardia del marxismo leninismo y el camarada Mao, el líder de la revolución mundial. Esto implica ahondar en varias cuestiones.  

En primer lugar, en sus escritos y discursos hasta el año 1965, el Che trata a los dos países socialistas con igual respeto, resaltando el papel de los soviéticos que efectivamente eran los que más apoyaron el proceso cubano porque además eran de la nación socialista más desarrollada, sin que haya hecho menoscabo ni obviado a China, cuando por conveniencias políticas pudo hacerlo.  

Por el contrario, en varias oportunidades resalta la amistad y el rol de apoyo jugado por estos dos países socialistas –tanto la URSS como de China-. Reconoció además que el proceso revolucionario chino anticipó muchas de las tácticas que ellos usaron en Cuba sin conocer que previamente habían sido expuestas por Mao Tse Tung (3).  

Incluso, en una de sus últimas intervenciones públicas a nivel internacional, en el Discurso del 2° Seminario económico de solidaridad afroasiática, el 24-02-1965, mantiene la postura de reivindicar a ambos países socialistas, con la salvedad de la fuerte crítica que realizó a la política de intercambio comercial, obviamente dirigida a los soviéticos y su órbita de influencia, tal como ellos mismos lo tomaron. (4) Además sobre esta misma cuestión, el Che hizo referencia en otro discurso a la postura de China cuya ayuda le resaltaron era interesada por cuanto iba en ayuda de la lucha antiimperialista y revolucionaria, lo cual coincide con las ideas que tanto molestaron a los dirigentes del PCUS. (5)  

Finalmente, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, en diciembre de 1964, el Che expresa y enérgicamente reclama por el reconocimiento e ingreso de la República Popular China en esta organización, atacando la teoría de las “dos Chinas” y el régimen del “nacionalista” Chiang Kai Shek. (6)

En segundo término, transcurridos tantos años y acontecimientos conviene repasar ahora cuál de estas posiciones estuvo más acertada: si la del Che, que criticó las posturas equivocadas de los soviéticos reivindicando su ayuda y señalándoles cómo debían actuar hacia los países en desarrollo; o las del PCCH y VC que directamente colocaron a la URSS -y los partidos revisionistas- como enemigo de los pueblos oprimidos.  

El balance no puede ser homogéneo ya que partiendo de la realidad de América Latina, puede observarse que la política de la R.P.China si bien hizo aportes positivos apoyando a la revolución cubana por lo menos hasta 1965 y alentando a la formación de partidos como VC que jugaron un rol destacado en la lucha antiimperialista, por otro lado, registra cambios importantes a partir de su disputa con la URSS y sus acuerdos con EEUU. Así no se distinguió por una postura internacionalista en sus relaciones con regímenes como el de Pinochet. Tampoco se conoce de China un apoyo decidido a la revolución nicaragüense o a la guerra popular de Colombia –aunque apoyaron a un sector de ésta, el EPL-, ni hablar de Cuba luego de que ésta se alineara en forma decidida con la Unión Soviética.  

La URSS, por el contrario, en este continente aparece con acciones más contundentes a favor de los pueblos chileno, nicaragüense y cubano, a pesar que la línea sustentada, a través de los partidos de su influencia, fue reformista e impidió, en última instancia, que los pueblos encararan decididamente la lucha contra el enemigo imperialista. Los soviéticos pusieron por encima de todo a su interés nacional al cultivar relaciones con la dictadura videlista y protegerla de los reclamos por los derechos humanos que se le efectuaban a nivel internacional.  

En definitiva, más allá de marcarse las diferencias con su línea reformista, no se puede desconocer el apoyo concreto de la URSS a favor de las luchas antiimperialistas, aún en miras de sus planes expansionistas y de disputa con la otra potencia mundial. Y en este sentido, el criterio del Che de criticar ideológicamente y reconocer los datos objetivos de la ayuda y la colaboración, reclamando cambios en las políticas comerciales y haciendo críticas a aspectos del modelo que los países del Este estaban construyendo, parece más acertado que la otra.  

En este campo se visualiza como más latinoamericano –y apropiado también para los pueblos asiáticos y africanos que pueden quizás dar cuenta a grandes rasgos de la misma realidad- el pensamiento y el accionar del Che. Además, hay un aporte especial suyo cuando llamó a las dos potencias socialistas a que depusieran sus diferencias poniendo todo al servicio de la lucha contra el enemigo principal imperialista, buscando así la unidad de ambas, a raíz de lo cual no tomó partido por ninguna, pero reconociendo que tenía coincidencias mayores con una de ellas, que no podía ser otra que la República Popular China. (7)  

Claro que estas diferencias tuvieron su origen en que China defendía intereses vitales que sentía amenazados y con razón por la postura expansionista soviética y su evidente cariz militarista, aunque no coincidiera en estas prevenciones con la situación de los otros pueblos.

Las advertencias sobre el papel del revisionismo que hacían nuestros camaradas tenían asidero, como se aprecia cuando las posturas que sostenía el Che incidieron en el alejamiento personal y de su grupo del gobierno cubano, aunque no se lo admita oficialmente. Esta separación del Che Guevara de la dirección de la revolución cubana significó el retroceso en políticas claves del desarrollo económico de este país que luego le costaron muy caro al momento de la caída del bloque soviético. Y además se desdibujó la orientación de independencia económica con múltiples mercados, asentada en base propia de desarrollo que pregonaba el Che, por la evidente dependencia que se generó luego de su ausencia, hacia el bloque socialista. (8) La subordinación a la URSS en lo político llegó a su punto culminante y como contrapartida, con el apoyo a la invasión de Checoeslovaquia de 1968, actitud que el Che ni Fidel –actualmente- aprobarían.  

Aquí conviene aclarar que una cosa es no considerar como enemigo jurado y contrarrevolucionaria a la URSS y el revisionismo, y otra muy distinta, pensar que era posible construir un partido revolucionario junto con ellos, como confiaba en definitiva el Che. De allí el aporte de VC al sostener a la organización comunista independiente y revolucionaria como único camino para dotar de una dirección política de clase al pueblo argentino para luchar por un destino de liberación. Esta tesis unida al papel que le asignaban nuestros camaradas al proletariado fueron las que pudieron anticipar el Cordobazo y el rol dirigente de los obreros cordobeses que sintetizara el Sitrac-Sitram.

Sobre su concepción foquista. Aquí sí aparece efectiva la crítica que se le formula al Che. Claro que hay que entender dos cosas: una, que el Che hablaba por la experiencia de la revolución cubana que lo moldeó definitivamente, y la otra, que cierta práctica que hizo de estas ideas, no correspondieron incluso con sus contribuciones a la estrategia revolucionaria de lucha armada.  

Si tenemos en cuenta estos aspectos, se comprenderá mejor la teoría y la práctica guevarista, para no desperdiciar lo importante y poder señalar los errores que contenía.  

Es cierto que partía de la idea equivocada de que se puede fundar el grupo militar –el foco-, para luego ir construyendo a su alrededor el ejército guerrillero y luego el partido marxista leninista (9). No obstante, también debe marcarse que destacaba la influencia de la revolución china y vietnamita, con el papel del campesinado y del itinerario del campo a la ciudad en la guerra y toma del poder.

De todas formas, el Che apreció el papel de la vanguardia política militar sobre todo ya en la construcción del socialismo, pero ostensiblemente basado en la realidad cubana, rescataba como válido el papel del foquismo guerrillero. Y aquí, en honor a la verdad, hay que destacar que su apuro y audacia para iniciar la acción de guerrillas se asentaba en el dato cierto de que apreciaba correctamente que se vivía en una época revolucionaria por excelencia; de allí quizás su desesperación por concretarla.  

No obstante, quedó expuesto en sus trabajos que la guerrilla debía estar conectada con el pueblo como pez en el agua, y dirigida por el partido y la clase obrera, se debía transformar en ejército popular, única forma de derrotar al enemigo. (10)  

Igualmente, cabe señalar que las tesis incorrectas que contenía el foquismo, y que fueron desmenuzadas por VC, tenían vinculación con el pensamiento del Che. Así sostenía el carácter continental de la liberación de América latina, donde supuestamente los países estaban maduros para la revolución socialista y la aparición de las guerrillas, siendo el campesinado el motor fundamental de este proceso revolucionario. (11)  

Sobre su adhesión a una revolución socialista sin etapas, puede apelarse a varios escritos y a su postura de fondo claramente antiimperialista para alejarlo de planteos troskistas. Cuando describió el proceso revolucionario cubano, señaló su carácter agrario, antifeudal y antiimperialista y que por su evolución interna y las agresiones que sufriera se transformó en socialista, mencionando los sectores burgueses que inicialmente apoyaron o fueron neutrales con la revolución. Luego también desprecia el rol de la burguesía nacional en América Latina, manifestando

que su única salida es ponerse bajo la tutela del imperialismo, aunque reconoce que en Africa sí puede cumplir este sector un papel progresista. (12)  

No obstante, su concepción puede apreciarse en la denuncia fundamental que hizo del imperialismo en general, y el yanqui en particular, en todos los foros en los que le tocó hablar. Aquí conviene rescatar dos aspectos claves que el Che planteó premonitoriamente. Una fue sobre la deuda externa, exigiendo ya en el año 1965 que por su peso en la dominación neocolonial imperialista debía imponerse su renegociación, y que la independencia de los pueblos debía ser política y también económica respecto del imperio, reclamando en esta tarea el apoyo irrestricto del campo socialista (13). La otra fue cuando denunció ya en 1964 que el imperialismo se preparaba para la represión organizada contra los pueblos de América Latina, anticipando la coordinación de las dictaduras para aislar y destruir a las organizaciones revolucionarias. Para contrarrestar esta táctica convocaba a un “frente continental de lucha contra el imperialismo y sus aliados”. (14) Ojalá los troskistas se adhirieran a estas tesis para avanzar mancomunados en la huella que abrieron el Che y los demás compañeros revolucionarios.  

Sin embargo, debe reconocerse que a partir de la revolución cubana el Che consideró que se había operado una polarización tal, que llevaría como consecuencia que los procesos de liberación que se produjeran, serían directamente socialistas. En ese sentido, expresó que las burguesías nacionales no tenían otro camino que la subordinación a los yanquis. (15) De estos argumentos sí que puede asirse mejor el trotskismo y la crítica que le formulaba VC, pero a condición de no separarlos del resto del pensamiento de Ernesto Guevara.  

Finalmente, sin pretender agotar el estudio de las propuestas que pueden recogerse del ideario guevariano, no deben dejar de mencionarse junto con las conocidas de su antiburocratismo, y la emulación moral llevada a cabo principalmente con el trabajo voluntario, otras como las que siguen.  

Una de las facetas del Che que quizás no se han divulgado lo suficiente, son las referidas al papel de los costos y de la productividad, como base de sustentación del socialismo. Era muy estricto en destacar la importancia de bajar los primeros y aumentar la segunda, como forma de desarrollar económicamente a un país socialista, diversificando su producción y en la mira de transformar a Cuba de a poco en país agrícola industrial. Planteaba que antes que construir escuelas, casas y caminos, había que hacer las fábricas de cemento que dieran trabajo y sustento al desarrollo social, que de otra manera, al no fundarse sobre bases sólidas, era ficticio y podía desmoronarse. Junto con ello defendía a rajatabla la planificación socialista, con participación y el concurso del pueblo, dirección centralizada que pudiera adoptar decisiones, y en contacto directo con la realidad. Asimismo, en esta orientación hacía hincapié en la formación tecnológica y científica esencial para afrontar el desafío del socialismo. (16)

Por todo lo anterior es que a pesar de que los camaradas de Vanguardia Comunista en su momento no apreciaron en toda su dimensión la figura del Che, sus ideas fundamentales y su práctica marchaban hacia el mismo camino de lucha y revolución, y en éste se encontraron.

NOTAS

1) “Circular sobre la posición de Vanguardia Comunista frente al segundo aniversario del asesinato del Ché Guevara”, mimeo, septiembre de 1969, en Archivos del Sitrac, Sindicato de Trabajadores Concord, Córdoba, Argentina, 1970-1971, Sub-Archivo 19, Vanguardia Comunista, Ficha 4; y “Tesis sobre la situación internacional del Primer Congreso Nacional de V.C.”, noviembre de 1971, 2ª. Parte, La situación latinoamericana, punto 9°: la política foquista para América Latina, pp.15/20, ibid, fichas 12/13.

2) Ver GUEVARA, Ernesto “Che”, “Soberanía política, independencia económica”, 20/03/1960, Obras Completas, Ed.Macla, Bs.As., 1997, p.36; “Nuestra lucha es una lucha a muerte”, discurso de réplica en la Asamblea General de las Naciones Unidas, 11-12-1964, en Obras Completas, Tomo 2, Ed.Legasa, Bs.As., 1995, p.228.

3) “Al primer Congreso Latinoamericano de Juventudes”, agosto de 1960, Obras Completas, Ed.Macla, Bs.As., 1997, p.44; “Informe de un viaje a los países socialistas”, 31-12-1960, ibid, 50; sobre el reconocimiento del rol de Lenin y Mao como creadores de un cuerpo doctrinario marxista, en el que colaboraran luego decía, los nuevos dirigentes soviéticos y chinos, ver “Notas para el estudio de la ideología de la revolución cubana”, octubre de 1960, ibid, p.174. “Si la Alianza para el Progreso fracasa”, Obras Completas, Ed.Legasa, Tomo 2, cit., p. 102; “No hay revolución sin sacrificios”, Discurso ante la Asamblea General de la ONU, 11-12-1964, ibid, p.188.

4) “En Argel”, periódico “Revolución”, 25-06-65, reproducido en Che, Página 12, N°11.

5) “Informe de un viaje a los países socialistas” cit.

6) “No hay revolución sin sacrificios” cit., p.196/7. Además, cabe mencionar sus coincidencias con Mao, no sólo en el campo de la lucha armada y prolongada con base en el campesinado sino también en lo filosófico, cuando advertía que la lucha de clases no se agota con la revolución sino que, al contrario, se exacerba con ella al máximo, ver “Discurso de clausura del 1er. Encuentro Internacional de estudiantes y profesores de Arquitectura”, del 29-09-1963, Periódico “Revolución, 30-9-63, reproducido en Página 12, “Che” N° 14, p.5. En esto se diferencia de los planteos del revisionismo soviético que criticando a Mao negaban que las contradicciones burguesía-proletariado se trasvasaran a la sociedad socialista.

7) “Crear dos, tres, muchos Vietnam es la consigna”, mayo de 1967, ibid, p.363 y 372. El Che fue muy influído, al igual que Cuba, por Vietnam, admiración y respeto que actualmente perdura en la isla. De allí que también siguiera ciertos lineamientos coincidentes con los vietnamitas, entre otros aspectos, en sus demandas a los soviéticos y chinos de que apuntaran juntos contra los yanquis y atemperaran sus divergencias. No casualmente el Che creía que América latina debía seguir el camino vietnamita y su convocatoria a crear focos guerrilleros en definitiva era en solidaridad con el pueblo hermano asiático que se debatía contra los norteamericanos.

8) Ver Guevara, Ernesto Che, “Proyecciones Sociales del ejército rebelde”, enero 1959, Obras Completas, Ed. Macla, Bs.As., 1997, p.15; La Revolución: escritos esenciales, Ed. Taurus, Bs.As., 1996, pp.19/23.

9) “Sobre la construcción del partido”, mayo de 1963, Obras Completas, Ed.Macla cit., p.124; “Una actitud nueva frente al trabajo”, agosto de 1964, ibid, p.168.

10) “Prólogo a guerra del pueblo-Ejército del Pueblo”, 1964, Obras Completas, Ed. Legasa, Bs.As., 1996, pp.165/168; La Revolución: escritos esenciales, cit., “Esencia de la lucha, estrategia y tácticas guerrilleras”, p.24.

11) “Guerra de guerrillas: un método”, septiembre de 1963, Obras Completas, Ed.Macla cit., pp.376/7, 384 y 386. El aporte más serio que conocemos de crítica desde el marxismo leninismo al foquismo es el de Elías Semán, “El partido marxista leninista y el guerrillerismo” , Ediciones No Transar, Buenos Aires, diciembre de 1964 (el que se comenta en el artículo del autor titulado “CRITICA AL FOQUISMO” de este libro, y que puede consultarse también en la página del PL, www.pl.org.ar) Su valor reside en que fue contemporáneo a la experiencia de la guerrilla de Salta, y que en ese momento las ideas del foquismo prevalecían en los sectores de la nueva izquierda argentina.

12) “Si la alianza para el Progreso fracasa”, cit., p.74; “Cuba: excepción histórica o vanguardia en la lucha contra el colonialismo?”, 9-04-61, Revista Verde Olivo, reproducido en Che Página 12, N° 19; “Perspectivas revolucionarias en Africa”, diciembre de 1964, Argelia, entrevista de Frantz Fanon, Che, Pagina 12, N°19.

13) “Discurso en el 2° Seminario económico de solidaridad afroasiática” cit. y los efectuados ante la ONU y en Punta del Este, antes citados.

14) “Perspectivas revolucionarias en Africa”, cit. Esta denuncia premonitora la hizo en distintos foros internacionales, ver “Si la Alianza para el Progreso fracasa”, cit., p.67; “No hay revolución sin sacrificios” cit., p. 207

15) En “Guerra de guerrillas: un método”, cit., p.391, el Che decía: “la burguesía nacional se ha unido al imperialismo” (p.391); “la polarización de fuerzas a partir de la Revolución Cubana será total: explotadores de un lado y explotados de otro” (p.387) y “al tomarse el poder se habrán liquidado simultáneamente a los imperialistas y los explotadores nacionales, primera etapa de la revolución socialista (p.390).

16) “Consideraciones sobre los costos”, junio de 1963, Revista “Nueva Industria, reproducido en Che, Página 12, N°5; y “Discurso en la Universidad Nacional de Montevideo”, 18/08/1961, periódico “Revolución”, 19-08-1961, reproducido en Che Pagina 12, N°18, pp.5 y 8. Sin embargo, en las metas de desarrollo económico de Cuba que el Che planteara en esta ocasión y luego reprodujera ante la ONU –“Si la Alianza para el Progreso fracasa”cit.-, donde anunciaba índices de crecimiento del 12% anual, y la transformación en una país agrícola industrial, con ingreso per cápita para 1980 superior al de EEUU, parece que no estuvieron acordes con las condiciones objetivas de la economía cubana. Quizás un déficit de su ideario fue subestimar las dificultades originadas en el atraso cultural y tecnológico de un pueblo como el de Cuba que a fines del siglo XIX recién abolió la esclavitud y permaneció en su mayoría como mano de obra no calificada y analfabeta en el campo. De allí quizás su voluntarismo en suponer que instalando desde afuera 205 fábricas podría superarse con el apoyo técnico socialista, el subdesarrollo cubano, y su error al considerar que la educación no era un requisito previo de la transformación económica. No obstante, fue un mérito suyo el de ejercer la autocrítica, ya que luego reconocería varios de los errores cometidos al encarar una diversificación agrícola absoluta -y no gradual de menor a mayor-; la dispersión de los recursos en diversas líneas de esta área, y el promover la industrialización sin metas claras confiando en fábricas traídas de afuera que no resultaron eficaces y dependían de insumos extranjeros. Hecho ello, desconociendo la naturaleza del subdesarrollo cubano y su alta inflexibilidad para el cambio junto a su débil organización. Ver “Cuba, su economía, su comercio exterior, su significado en el mundo actual, Obras Completas, Ed.Macla cit., pp.195/198.

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